Hay que hacer frente a la situación actual de los hospitales públicos. La crisis de SENASA los coloca en mala posición. Millones de personas dependen de la asistencia que se le ofrece en el sistema oficial de sanidad.
Desde hace años los hospitales tienen marcados problemas. A veces la cobertura es insatisfactoria y otras el seguro no les cubre algunas especialidades y medicinas, valga decir SENASA subsidiado. El escándalo del seguro del Estado no puede significar el colapso de la salud.
De acuerdo con las investigaciones preliminares los problemas de SENASA están centrados en la cobertura médica y farmacéutica en la red hospitalaria. Mientras se profundizan las investigaciones y se determinan culpabilidades, si las hay, hay que garantizar que la institución no se va derrumbar.
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Tómese en cuenta que hay miles de empleados públicos y servidores privados que tienen el seguro de SENASA contributivo, por lo que necesitan una protección también bien definida.
Lo primero es establecer que el sistema no se va a caer, a colapsar, y que las clínicas y médicos que ejercen en forma privada, tienen sus pagos a buen resguardo. De primera intención, hoy de lo que se trata es de qué se pueda recuperar la confianza en SENASA.
El presidente de la república, Luis Abinader, debe disponer todos los recursos que sean necesarios para que el SENASA siga trabajando, y de esa forma se garantice la cobertura total, sin tropiezos ni dolores de cabeza.
Ya en declaraciones anteriores, el presidente Abinader dio seguridades de que el SENASA continuará operando con eficiencia, dando la asistencia médica que necesiten todos sus afiliados.
Las irregularidades en SENASA deben ser aclaradas por la justicia. Determinar si esas acciones se pueden considerar actos de corrupción penados por las leyes. No debe haber favores políticos, ni impunidad.
El primero que habló fue el presidente Abinader que dijo que puede tener amigos, pero no cómplices. Y de eso se trata, a la administración pública se debe ir a trabajar por el bien del país, y no a tratar de buscar lucros personales.
El caso SENASA me hace recordar la caída del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, que llegó a ser operativo, pero que de un día para otro se cayó. Hoy es una pesadilla recordarlo.
Salvemos a tiempo a SENASA. Si hay corruptos en su manejo económico, los responsables deben ir al banquillo de acusados.
Manuel Hernández Villeta