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Sobreviviente

Sobreviviente

Juan TH

(y 2) Si alguien en este país se ha ganado el derecho a decir lo que piensa, se llama Fafa Taveras, un sobreviviente insospechado de todas las batallas que ha librado en contra de quienes, a lo largo de toda su vida, le han negado a los demás el derecho a pensar y decir lo que piensan, sin correr el riesgo de morir en el intento.

Todos los años de cárcel le permitieron formarse intelectualmente. He dicho muchas veces que Fafa es el mejor comunicador político del país por el dominio de los temas que aborda y la fluidez de sus expresiones. Fafa es un agitador y propagandista político nato. Tipo raro que no hizo de la política un negocio, como muchos, que no le interesó acumular fortuna, como muchos, que nunca quiso un peso que no le correspondiera, como muchos. Pudo venderse al mejor postor, aceptar las prebendas que le ofreció la vida. Pero se mantuvo apegado a sus valores, a sus principios.

Un hombre de sus conocimientos, de su experiencia, de su compromiso con los mejores y más sanos intereses del pueblo dominicano, a sus ochenta y tantos años, aun tiene mucho que ofrecer, mucho que dar, como lo hace doña Milagros Ortiz Bosch, a sus 87 años cumplidos, que sigue siendo un referente ético y moral del país, como lo hizo doña Ivelisse Prats, Tirso Mejía Ricart, José Rafael Abinader, entre otros “viejos robles”. Como dicen los militares: ¡Los rangos se respetan!

Fafa sobrevivió a la cárcel, a la tortura, a la persecución, a los intentos de secuestrarlo, desaparecerlo o matarlo; sobrevivió al asma que lo ha perseguido toda la vida y sobrevivió al cáncer, lo que no pudo hacer su compañera de vida Magaly Pineda.

Fafa ha sido un sobreviviente de la dictadura de Trujillo, del Triunvirato que se instaló posterior al golpe de Estado contra Juan Bosch, de las luchas posteriores que desencadenaron en la Revolución de Abril del 65, donde jugó un rol de primer nivel como comandante real, al lado del Coronel Caamaño y de los Constitucionalistas; un sobreviviente del régimen oprobioso y despótico del doctor Joaquín Balaguer, a quien hoy muchos tratan de humanizar presentándolo como un demócrata, Padre de la Democracia, con un cementerio de valiosos jóvenes revolucionarios que fueron apresados, torturados, exiliados o asesinados en sus casas, como el ingeniero Amin Abel Hasbun, vilmente asesinado mientras bajaba esposado las escalera de su casa.

A un hombre así, con sus méritos, con su experiencia, con sus conocimientos, con su hoja de servicio dentro del Partido Revolucionario Dominicano y dentro del Partido Revolucionario Moderno, yo no lo hubiera dejado fuera de la dirección del partido.