La pantomima en el penal de La Victoria ante una comisión de la Cámara de Diputados que investigaba denuncias de represión y restricciones contra los reclusos confirma las irregularidades que han trascendido en el recinto. Los presos fueron organizados, acicalados e instruidos para exponer a los legisladores durante un encuentro en el patio de la cárcel la mejoría en la alimentación y el buen trato que reciben de las autoridades.

Los comisionados estaban sorprendidos con las exposiciones hasta que un recluso rompió el orden alegando que como cristiano no podía mentir y tenía que decir la verdad. Y la verdad es que la comida es poca y de mala calidad, además de que los reclusos son maltratados por los agentes penitenciarios.

También señaló que bajo el pretexto de la pandemia del coronavirus tampoco se permite visita de familiares. Ante la declaración los comisionados solicitaron visitar y hablar con los reclusos enfermos, pero no se lo concedieron.

Con los tantos conflictos, intervenciones y denuncias la Dirección de Prisiones tiene que examinar de manera más minuciosa el caso de La Victoria para corregir las fallas y evitar más teatro.