Opinión Articulistas

Temor al bumerán

Temor al bumerán

Manuel Fermín

La oposición siempre esquiva el rupturismo con aquellos sectores que el Gobierno mantiene en constante atención dadivosa por temor al bumerán, y no queda más que ofrecer el doble de lo que da la Administración.

Así lo hizo el PRM cuando era oposición. Hoy, para afianzarse en el poder el partido oficial aplica un gasto demencial que ha dejado cuasi embozada a la oposición política. Sólo Leonel Fernández se refirió a manera de denuncia y relacionó el hecho a “la compra de las elecciones del 2024”; pero continúan en forma acelerada estas acciones para garantizarse la continuidad partidaria en 2028, como “ayuda innegociable”.

Desde luego, es un hecho descriptivo en el oficialismo reconocer que esta población atendida es la que siempre está dispuesta a crear el torbellino social, la ebriedad callejera ante un discurso convocatorio, como suele ocurrir.

En la clase media sus protestas sólo alcanzan a los conocidos “cacerolazos” y no apela a la calle. Pero además de ese vínculo, y por las devastadoras consecuencias de la pandemia, se verifica esta suerte de retroalimentación del ventajismo y del oportunismo porque se sabe que este destinatario del efecto clientelista es gente de fe política vacilante, con culto a lo falso y, por tanto, la oposición política está compelida a prometerle más o a perder su aprecio.

Claro, hechos tan obvios, tan de bultos como los deficientes servicios públicos, la corrupción, la delincuencia, las carestías, etc., es aprovechado para buscar la crispación y mantener al Gobierno anclado en esa corrupción política constante de aplicar métodos y mecanismos informales y difusos, y lo evidenció con el hecho de sumar “medio pueblo” al Senasa, a sabiendas que traería su ruina económica por esa absorción antilógica.

Obra esta extraordinaria de inclusión, pero que no se excusa del fracaso, dando motivo a toda una granizada de críticas al Gobierno. Sin embargo, la estratagema del Gobierno fue alegar “que se atentaba contra los más vulnerables”. Eso es desandar en la política o avanzar en reversa.