Editorial Opinión

Temporada ciclónica

Temporada ciclónica

A partir de hoy comienza la temporada de huracanes en el Atlántico, que se prolonga hasta el 30 de noviembre, período durante el cual se vaticina la formación de cerca de una veintena de tormentas, ciclones y huracanes, algunos de los cuales podrían afectar el territorio de República Dominicana.

En promedio, diez de esas perturbaciones tropicales alcanzan intensidad de tormenta, casi seis se convierten en huracanes y más de dos en huracanes mayores, por lo que puede decirse que desde hoy se requiere que autoridades y población inicien preparativos de prevención.

El Servicio Meteorológico de Estados Unidos (Noaa) prevé este año la formación de entre 13 a 19 tormentas en el Atlántico, de las cuales entre seis y diez se convertirían en huracanes, con un porcentaje de certeza en el pronóstico del 70 %, razón suficiente para movilizar desde hoy mismo el programa de protección de vidas y bienes.

El despido de más de 560 empleados del servicio de meteorología estadounidense elevó preocupación por temor a agotamiento del personal ante la ocurrencia de posibles desastres por el paso de huracanes, por lo que aquí, con mayores niveles de vulnerabilidades, el Gobierno debería fortalecer a las instituciones de socorro.

Obras Públicas, Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, corporaciones de acueductos, ayuntamientos e Instituto de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa) deberían aplicar cuanto antes un programa de revisión e inspección de estructuras viales, hídricas e imbornales ante el previsible paso de tormentas o huracanes.

Con apenas horas o días de aguaceros intensos a moderados, literalmente, el Gran Santo Domingo se convierte en una Venecia tropical y se reportan inundaciones y deslizamientos en zonas urbanas y rurales, por lo que el desastre seria mayor con la afectación de un ciclón que acarrea torrenciales lluvias y fuertes vientos.

Hace tiempo que las autoridades debieron ejecutar un programa de educación ciudadana en torno a las medidas de prevención que deberían asumirse en el seno familiar y comunal ante la formación o paso de fenómenos meteorológicos, lo que seguramente disminuiría el riesgo de pérdidas de vidas o mayores daños materiales.

Los ruegos son para que la temporada ciclónica que se inicia hoy transcurra sin mayores incidencias, pero es menester que desde el Gobierno, empresas, escuelas, universidades, asociaciones campesinas, clubes y otras entidades se promueva y se afiance desde ya mismo la cultura de la prevención.

El Nacional

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