Opinión Editorial

Temporada ciclónica

Temporada ciclónica

La temporada ciclónica, que comenzó ayer, prevé la formación de 23 ciclones tropicales con nombres asignados por lo que las áreas de pronósticos podrían sufrir en promedio entre cuatro a cinco perturbaciones al mes hasta el 30 de noviembre, cuando finaliza ese tormentoso período.

A pesar de que todos saben que La Hispaniola se encuentra colocada en el mismo trayecto de tormentas y huracanes, República Dominicana aún no está preparada para mitigar los daños que causan esos fenómenos meteorológicos.

Autoridades y población aguardan cada año la detección de algún ciclón para activar las alertas correspondientes, sin tiempo para adecuar los asentamientos humanos a las situaciones de peligro por vientos fuertes, inundaciones, desbordamientos de ríos y cañadas o deslizamientos de tierra.

La Oficina Nacional de Meteorología ha dicho que está preparada para emitir a tiempo alerta y avisos sobre la formación de cualquier evento hidrometeorológico, pero falta saber si la ciudadanía asume conciencia sobre su responsabilidad de tener una permanente conducta de prevención ante el posible pasó de un ciclón.

Los ministerios de Obras Públicas, Agricultura, Vivienda, junto a los ayuntamientos y al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y las corporaciones de acueductos deberían desde hoy mismo iniciar un programa preventivo para evitar desbordamientos y deslaves en zonas urbanas y rurales.

De las 23 ondas tropicales que se formen en el Océano Atlántico y Mar Caribe, es posible que algunos adquieran condiciones y espacios necesarios para transformarse en huracán por lo que se exhorta a autoridades y ciudadanía a asumir desde hoy y por siempre una cultura de prevención ante eventuales pasos de esas turbulencias atmosféricas.

El Gran Santo Domingo, como muchos otros asentamientos urbanos, es hoy vulnerable a los intensos aguaceros y fuertes vientos que caracterizan el paso de tormentas, ciclones o huracanes, porque las calles y avenidas se anegan por deficiencia de los sistemas de desagües y por desbordamiento de ríos y cañadas.

Se aconseja, pues, iniciar desde hoy mismo un vasto programa de prevención, que incluya el reacondicionamiento de sistemas pluviales, canales de riego, presas, puentes y caminos vecinales, así como la exhortación a la ciudadania a asegurar viviendas y entorno para mitigar daños ante el posible paso de un un ciclón.

El Nacional

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