La peor tragedia para el deporte dominicano a lo largo de la historia ocurrió el 11 de enero de 1948 cuando se accidentó un avión de la compañía estatal en que viajaban los integrantes del equipo de béisbol representativo de Santiago, al regreso de Barahona luego de un doble enfrentamiento dominical.

Hace hoy 75 años de aquel fatídico suceso ocurrido en las estribaciones cordilleranas de Río Verde, Yamasá, en que murieron los 32 ocupantes de la aeronave, es decir, los 18 peloteros que eran parte de la crema y nata del béisbol, sus 12 acompañantes y la tripulación.

En los anales de cualquier deporte en el país, esta tragedia no tiene precedente ni su impacto negativo, porque como escribió el poeta se perdió lo mejor de la juventud atlética de aquel tiempo que era la selección de Santiago al torneo nacional y que ese domingo perdió el invicto y también la vida.

Este día, por tanto, debe ser de luto para el deporte nacional en general. Y así lo ha reclamado por siempre la Asociación de Cronistas Deportivos de Santiago (ACDS) que para entonces tenía 11 años de fundada y que perdió en el accidente a su presidente, Luis Luque, editor deportivo de La Información.

Por decreto del presidente Hipólito Mejía se declaró el aniversario de la tragedia del 11 de enero como día del pelotero, sin embargo, el año 2021 el Congreso Nacional aprobó la ley que establece la fecha del 23 de septiembre, ascenso de Osvaldo Virgil a Grandes Ligas, con similar denominación.

La tragedia de Río Verde, Yamasá, que ha sido objeto de libros y películas para resaltarla, no debe ser ignorada por la generación deportiva contemporánea y menos por peloteros de la Liga de Béisbol (Lidom), entidad que debería respetar la fecha y no programar partidos este día, por lo menos.