Por más imparcialidad política con que usted analice los hechos cotidianos del país, no puede dejar de considerar que el programa de autobuses escolares que implementa el actual gobierno le sumará puntos abundantes en las elecciones de mayo al candidato Luis Abinader.
Se agrega a otro muy bien recibido en las franjas más débiles económicamente de la sociedad: el del bono escolar (mil pesos por cada estudiante matriculado en las escuelas públicas).
Se trata -hay que decirlo sin cortapisas- de dos acciones de efectos políticos de gran estruendo, sin causar daños y sí mucho bienestar a la población y, por ende, de provecho electoral para su propulsor.
Aquí, el año pasado comenzó el proyecto «Sistema Nacional de Movilidad Escolar», que como parte integral contempla el Plan Transporte Escolar (TRAE), que traslada, de manera gratuita, a miles de niños y jóvenes de barrios y comunidades pobres a sus respectivos centros de estudios.
Los objetivos básicos son tres: a) producir ahorro económico a los padres, que mucha veces tienen que gastar diariamente en el viaje de sus hijos a escuelas públicas no cercanas; b) transportar a los estudiantes en autobuses seguros, reduciendo la mortalidad en accidentes de tránsito y utilizando personal entrenado; y c) garantizar integridad de los alumnos en los entornos de los centros educativos.
Un dato importante sobre ese programa (que en sentido general no ha recibido la debida publicidad oficial) es que en su dirección técnica se ha colocado al ingeniero Onéximo González, experto en transporte y movilidad con estudios en Israel, por lo que se descarta improvisación gubernamental en el manejo.
González, de excelente curriculum, tiene trayectoria de trabajo por los predios de ONATRATE, Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) y ministerio de Obras Públicas. Ha participado como consultor en proyectos con financiamiento de organismos internaciones, como la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, referentes al diseño y supervisión de obras viales.
Es de resaltar que en esta primera etapa el Sistema Nacional de Movilidad Escolar -puesto bajo la dependencia del Ministerio de Educación- cubre La Victoria, en el Distrito Nacional; Sabana Grande de Boyá, Peralvillo y Bayaguana, en la provincia Monte Plata.
De igual modo funciona en Haina, Palenque, Nigua y Cambita, en la provincia San Cristóbal y en el Gran Santo Domingo en diferentes sectores, entre ellos Los kilómetros de la Independencia, El Millón, Peralejos, Cristo Rey, La Puya, Los Alcarrizos, Sabana Perdida, Boca Chica, Los Mina y Herrera. sectores.
Por: José Pimentel Muñoz
josepimentelmunoz@hotmail.com