República Dominicana se ha convertido en una sociedad de expertos, donde todo el mundo habla de temas que apenas conoce, en cualquier escenario usted se encuentra con un coloquio sobre inteligencia artificial, guerra u otros temas mundiales.
En torno a la guerra que es un tema de moda, tras el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y el cambio de Estados Unidos sobre el mismo, tras la llegada de Donald Trump, a la presidencia de EU.
Sin embargo, un estudio publicado por la entidad Humanidades Médicas sobre más de 100 conflictos bélicos que se han producido en los últimos diez años en el mundo, destaca que más del 80 por ciento de las víctimas fueron civiles.
En los últimos años los psiquiatras se han preocupados por analizar las consecuencias psico-sociales de la guerra en la población civil, blanco principal de las víctimas en la guerra contemporánea.
Tal es el caso de las mujeres jóvenes e incluso niñas, que a menudo son sometidas, violadas, secuestradas y forzadas a la esclavitud sexual o cualquier tipo de abuso; son vejadas, humilladas y dañadas en lo más profundo de sus sentimientos psicológicos, y valores morales, lo que también trasciende al grupo social, comunidad, clase social o etnia a la que pertenecen.
El deterioro o la destrucción de la infraestructura económica, social y política de las naciones en conflicto impide la atención de las necesidades básicas de la población.
El trastorno por estrés postraumático es la entidad nosológica más frecuente en las víctimas de la guerra, pero existen otros trastornos mentales que hay que tener en cuenta.
La presencia de la ciencia psiquiátrica se hizo ostensible en el ámbito y la sanidad militar, sobre todo, en la marina norteamericana durante la II Guerra Mundial, que pasó a disponer de 980 psiquiatras durante la contienda.
El día que terminó la guerra pasaron a ser 2400 psiquiatras, 400 psicólogos clínicos, 700 asistentes psiquiátricos y 800 enfermeros psiquiátricos, trabajaban para el ejército en 931 hospitales.
Porque además de todos los problemas psicopatológicos derivados de la violencia se unió el exagerado aumento de la toxicología en los combatientes.