Santo Domingo.- Se trata de un hombre delgado, de caminar rápido, de apariencia fuerte, pero atractiva, que aún a sus 82 años de edad, (nació 11 de mayo de 1943) proyecta una imagen vital de atleta, aunque sensible hacia los valores familiares y religiosos, se trata del empresario Jorge Herrera Pavón (Tuto Herrera).
Al conversar con Tuto notamos cómo los orígenes humildes moldearon su carácter trabajador y su capacidad para superar adversidades. Desde pequeño, mostró una habilidad innata para identificar oportunidades, lo que más tarde se traduciría en la creación de Imex y de Hylsa, como primeras empresas, a las que siguieron otras, no menos prósperas.
Aunque lejos de la tecnología, estamos hablando del año 1985, siempre tuvo un enfoque innovador que permitió a sus empresas adaptarse rápidamente a las tendencias del mercado y posicionarse como líder en la distribución y ventas de neumáticos en el país.

Sobre el nombre de Hylsa explicó que surgió de su sociedad con Federico Lalane José, en septiembre de 1985 y explica que de esa sociedad surgió el nombre de Hylsa que son las siglas de: (Herrera y Lalane Sociedad Anónima).
Su filosofía empresarial está basada en la eficiencia, la calidad y la atención meticulosa al cliente, mientras su liderazgo en el sector se caracteriza por la capacidad de delegar, su fe en el trabajo en equipo y su convicción de que el éxito debe construirse desde la humildad y el esfuerzo constante.
Además de su habilidad para identificar negocios rentables, se destaca el enfoque pragmático y calculador de este hombre, así como su capacidad para mantener la calma en situaciones de crisis.
Sin dudas hay que resaltar sus valores personales, así como la importancia que otorga a la familia, la educación y el trabajo duro, elementos que han sido pilares fundamentales en su vida y que han influido en su estilo de liderazgo.
Bautismo laboral
A los 14 años de edad, dada las precariedades económicas de su familia, tuvo que trabajar en el muelle de Santo Domingo, ayudando en los almacenes de los barcos y el del puerto, lo que le permitió ganar algunos pesos, pero además conocer a varios capitanes de barcos mercantes.
Sin embargo este trabajo no le impidió realizar sus estudios de bachillerato, en un colegio salesiano, con una beca anónima, pues nunca supo quién pagaba las mensualidades de su educación, a pesar de que después de adulto hizo varias investigaciones para obtener el nombre de esa persona y mostrar su agradecimiento.
Dos años después de estar en el muelle y al concluir el bachillerato, tuvo que partir para Nueva York, pues un pariente suyo pronunció un discurso en Venezuela en contra del dictador Rafael Leonidas Trujillo, por lo que comenzaron las agresiones y amenazas en contra de los que vivían en el país.
Allí ejerció varios oficios hasta 1962 cuando junto a su hermana menor decidieron regresar a República Dominicana, aprovechando que un capitán de barco amigo suyo traería una carga desde Nueva York al país. «En ese barco, mi hermana y yo trajimos todos los ajuares del hogar sin tener que pagar nada», apuntó.
Comenzó a trabajar como vendedor de neumáticos, a pie, para la empresa Atlas Comercial, que tenía su sede en la avenida Independencia; posteriormente contrajo matrimonio con la señorita Dinorah Kury, con quien procreó a Jorge, Geovanny, Dinorah, Kristian y Karen, a quienes consideró la principal motivación para su esfuerzo empresarial.
Imex, Hylsa, CK Transt, Hylsa Centro de Servicios, son solo algunas de las empresas en la que don Tuto Herrera, ha colocado sus manos, tal cual Rey Midas de los negocios.
Los préstamos
Manifestó que desde joven comprendió lo importante que era cumplir con los compromisos crediticios, porque era la única vía de expandir cualquier negocio e incrementar el capital.
«En esa tarea siempre conté con el apoyo financiero del Banco Popular, especialmente de su gerente Manuel Jiménez, quien además me orientaba sobre el uso del dinero de manera adecuada».
Indicó que esa línea de crédito le permitió disponer de varios negocios en la capital, así como de una sucursal en Santiago de Hylsa.
Casi al final de la entrevista y sin dejar de mencionar a Dios como su guía principal recordó los «sabios consejos» de Miguel Dájer y Papía Najri, de quienes dijo los conoció en el Country Club, hace más de 50 años, pero de quienes estará eternamente agradecido.

