Petro se ha evidenciado como lo que siempre fue: un actor radical, dispuesto a asumir con agresividad y retorcimiento, el rol que le asignaron en la constelación abigarrada de fuerzas a la que sirve: ser un Hutie en el Caribe.
Al ganar la Presidencia, mientras arremetía contra Israel y EEUU, y rompía vínculos con OTAN-supuestamente por conflictos en Gaza-, en el Caribe se dedicó a bloquear arteramente la acción para la pacificación en un Haití dominado por narco terroristas, donde según FAO existen 6 millones de personas al borde de hambruna, y se han desplazado por violencia más de 1.6 millones.
En sus visitas a Haití, llamaba a cerrar filas “con los Ejércitos de la Luz…a resistir la reimposicion de la esclavitud”. Pero en su ultima participación en ONU, hizo mutis en relación a ese doloroso y complejo drama nacional. En cambio, audazmente, arengo en Nueva York a los militares gringos a sublevarse contra Trump, que lucha para revertir la disolución y caos del Estado Profundo y el Imperialismo Globalista.
Ya antes Petro había alertado que muchas armas y pertrechos-sustraídas en arsenales colombianos-, habían sido enviados a Haití, dejando ver la trampa peligrosa del escenario, a la vez que como presidente de CELAC-respondiendo al reclamo del ALBA/TPC-, se opuso a cualquier “ocupación disfrazada de intervención internacional de pacificación”, cuando resaltaba el fracaso programado de MSS Haití liderada por Kenia. ¿Para que la crisis haitiana siga cocinándose a fuego lento, y eventualmente, pueda reventar toda la isla?
Eso sí, desde que entró en funciones, fue notoria su misión de convertirse en vanguardia de la legalización de las drogas, y la última prueba fue la resolución que recientemente aprobó con su sello, el Consejo de DDHH de ONU.
Eso ocurre justo cuando EEUU está cambiando el carácter del combate al narcotráfico, que paso a ser considerado amenaza a la seguridad nacional, solo después de que las víctimas mortales por Fentanilo superaran las 100 mil por año.
Como esa confrontación está en línea de escalarse con el régimen de Maduro y compartes- que es a la vez el mayor aliado de Irán en Las Américas-, Petro cierra filas con su aliado bolivariano, proclamando su disposición de unirse hasta en el plano de la resistencia militar.
PELEGRIN CASTILLO SEMAN
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