Por internet, circulada por amig@s, una noticia maravillosa nos anuncia la gestación de otra Semana Santa. Es el mensaje del Segundo Encuentro de Obispos de las DiócesisFronterizas, firmado en Villa Cana, Cabo Haitiano, el 16 de febrero de este año. Lo firman, por Haití, los Obispos: Launi Saturne (Jacmel); Alphonse Quesnel (Fort Liberte); Faublas Louis (Hinche); Marie Erick Glandas Toussaint (Puerto Príncipe); Herve Jean François (Secretario Ejecutivo CEM-Caritas-CEIA Haití) y GustotLucien (Secretario Ejecutivo CEM-CEIA-Haití).
Por los nuestros: Diomedes Espinal (Mao -Montecristi); José Grullón (San Juan de la Maguana); Andrés N. Romero (Barahona); Rafael Felipe (Presidente Caritas-RD); José Antonio Gotro (Dir. Nacional de Caritas) y el Padre Julio Acosta (Sec. Ejecutivo CNPM-CED_RD).
Partiendo del contenido del Jubileo de la Misericordia, Mensaje del Papa Francisco sobre la Jornada Mundial de Migrantes y Refugiados (Enero 2016), los Obispos declaran:
1.-Nososros, las Diócesis Fronterizas…reiteramos nuestro compromiso con la cultura de acogida pues acogiendo a nuestros hermanos migrantes, estamos acogiendo al Dios misericordioso. Nos orienta a ver y vincular el fenómeno migratorio desde la óptica de la misericordia. Invitándonos a dejarnos tocar por el amor de Dios. Un amor que se hace visible en Jesucristo, Rostro de la Misericordia Divina. En Jesús, Dios nos llama a no ser indiferentes ni silentes ante la miseria material, moral y económica de los seres humanos. El nos exige ser solidarios con los empobrecidos, con los más vulnerables, es el Evangelio de la Misericordia el que nos transforma en signos eficaces para el bien pastoral de nuestros migrantes.
Es el que nos da fuerzas para gestionar el Amor Misericordioso del Padre. Ese mismo Evangelio nos impulsa a ejercer la incidencia para formar la opinión pública, a nivel nacional e internacional, en orden a evitar que obstruya la cultural del encuentro y la buena voluntad bilateral.
2.-Estos encuentros animan y permiten la oportunidad de conocernos y continuar el trabajo que hace la iglesia para el bien de lospueblosparticularmente con los migrantes, refugiados, repatriados, indocumentados, los deportados, es decir los más vulnerables.
3.-Tambien nos fortalecen la voluntad de concretizar proyectos para el mejoramiento de la condiciones de vida de las poblaciones fronterizas. Y nos exigen el compromiso de involucrar todas las fuerzas eclesiales: Obispos, sacerdotes, religiosas, laicos y organizaciones sociales comunitarias.
4.-A anteponer los intereses del bien común frente a los intereses particulares personales.