El filósofo francés Guy Debord, con fama ganada de ser un buen estratega, vaticinó en su archiconocido ensayo ‘’ La sociedad del espectáculo, que la sociedad moderna iba a producir seres humanos más preocupados en tener que en ser y que serían, además, arropados por las apariencias.
Luego, el Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, fue mucho más directo en su libro ‘’ La Civilización del espectáculo y afirmó que había todo un vuelvo hacia el entretenimiento para combatir el aburrimiento
El deporte ha sido el vehículo idóneo como vía de diversión, y ha alcanzado tal dimensión que se ha convertido en una verdadera industria que mueve cifras millonarias ‘’ incalculables’’
Esta gran industria ha traído consigo bochornosos escándalos de corrupción a nivel mundial, sobre todo en el fútbol que representa la mayor fuente de circulación de dinero en el deporte. Puesto que somos una aldea global, ya no hay países que escapen a los lavadores de activos que están al acecho para entrar a esta gran industria del deporte.
Ante esta innegable realidad, he pensado seriamente en el Torneo de Baloncesto del Distrito Nacional. No es censurable que personas adineradas quieran acercarse a la ABADINA y los clubes que participan en la justa.
Ahora bien, ya es tiempo de que la Abadina y la Fedombal dispongan de controles efectivos y mucha cautela al momento de permitir la entrada de empresas no tradicionales y personas ajenas a las actividades deportivas.
El riesgo de lavado de activos siempre estará latente en los deportes de masas que envuelven sumas millonarias. Algunas personas en la ABADINA y en el ambiente del torneo superior se ofenden con facilidad, pues se consideran que lo saben todo y no permiten sugerencias.
Pienso y es mi recomendación al amigo Diego Pesqueira, que debe crearse un reglamento ético- protocolar que depure a las personas que podrían aproximarse a los equipos para aportar dinero, obviando toda transparencia.
Los delitos y la corrupción en el deporte mundial son temas vigentes. En la República Dominicana, no podemos dejarnos sorprender.
El auge del torneo superior distrital, cada día va atraer a personas con posibilidades económicas en busca de notoriedad.
Es responsabilidad de la ABADINA que hoy dirige Diego Pesqueira y la misma Federación Dominicana de Baloncesto, bajo el mandato del ingeniero Rafael Uribe, de crear controles para evitar que se cuelen personas que podrían resultar lavadores de activos.
La advertencia está hecha y no es casual. Hay clubes como el Mauricio Báez, Los Prados, Huellas del Siglo entre otros, que, ante cualquier escándalo de esa naturaleza, se irían del evento para jamás volver.