Opinión

Vientos de tormenta

Vientos de tormenta

El precio del barril de petróleo, que experimentó el lunes un alza de un 15% a causa de los ataques con drones a la principal refinería de Arabia Saudita, bajó ayer un 5%, después que el reino saudí dijo que restablecería la producción habitual del crudo en dos o tres semanas, un aparente respiro para la economía dominicana.

Aun así, se mantiene un incremento de más de siete dólares en el tipo de carburante de referencia para las importaciones nacionales, un alza significativa, si se toma en cuenta que el rango de precio se mantuvo casi todo el año entre 50 a 55 dólares el barril.

Lo que ha ocurrido como consecuencia de los graves destrozos ocasionados a las instalaciones de la refinería saudí Aramco, la más grande del mundo, por drones y misiles lanzados por milicias yemeníes, es apenas una pequeña muestra del daño que un difícil entorno externo puede causar a los indicadores económicos locales.

El inmediato anuncio del presidente Donald Trump de que autorizó liberar parte de la reserva petrolera de Estados Unidos para hacer frente a la escasez de oferta por la inhabilitación parcial de la producción saudí, no ha surtido el efecto deseado, pues el precio del barril se disparó por encima de los US$65.

Fue el anuncio de la empresa Aramco, de que restablecería en dos o tres semanas su nivel de producción de 5,7 millones de barriles diarios, lo que impactó positivamente en la reducción de precios, aunque los analistas no descartan la posibilidad de que se generen nuevas alzas.

Se infligiría un duro golpe a la estabilidad macroeconómica si el petróleo se estaciona en el nivel de diez dólares por encima del precio promedio que ha prevalecido durante 2019, porque impactaría negativamente a los sectores energía, transporte, industria, comercio y agropecuaria, además de presionar el índice de inflación y el déficit de cuenta corriente.

El Gobierno y la Autoridad Monetaria deberían tomar en cuenta que a esa fatídica situación se agrega también la pérdida de más de cien millones de dólares por disminución en el ingreso de turistas, y el posible encarecimiento de una parte de la deuda pública en bonos soberanos a causa de la reducción de la tasa de referencia por parte de la Reserva Federal.

La economía requiere mayor volumen de dólares para suplir reposición de inventarios, cumplir con el servicio de la deuda pública y transferir recursos para conjurar déficit del subsector eléctrico, entre otros compromisos en moneda fuerte. Son vientos de tormentas a los que hay que ponerle atención.

El Nacional

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