La Dirección de Prisiones ha tenido que intervenir otra vez el penal de La Victoria. Pero en esta ocasión no ha sido para controlar disturbios, sino para aislar reclusos contagiados con el coronavirus. Los permanentes problemas del recinto son como el cuento de nunca acabar, porque cuando no es una cosa, es la otra.

Para rescatar la seguridad, imponer el orden y mejorar las condiciones la Dirección de Prisiones desplegó en septiembre de 2020 un aparatoso operativo en que se incautaron armas, drogas, aparatos electrónicos ilegales y demás efectos, por lo que hubo que trasladar reclusos y tomar muchas medidas. Pero apenas dos meses después los conflictos rebrotaron por supuestas diferencias entre grupos rivales.

Esta vez el director de Prisiones, Roberto Hernández Basilio, admite que por el contagio de 45 presos ha habido que efectuar un operativo médico.

El curso de los acontecimientos traduce que La Victoria, es un problema cuya solución no parece estar en el majestuoso nuevo recinto que se ha construido. Parece más bien de gestión, porque también se ha denunciado anemia crónica, enfermedades y otros males.