Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aquí

<P>Vivencias cotidianas de allí y aquí</P>

Aquellas horas de terrible incertidumbre, las vivimos literalmente adheridos al aparato de televisión y/o radio.  El Rey Juan Carlos mantuvo su constante presencia, en un intento de tranquilizarnos, asegurándonos que, finalmente, la democracia triunfaría. Aunque obviamente no logró convencernos del todo, su forma de actuar resultó ser positiva pues nos brindó cierta “seguridad” en la que anhelábamos creer.

Aunque existen dudas de cuál fue el auténtico papel del monarca en la trama, lo cierto es que su labor ha sido reconocida por políticos, historiadores, y por una gran mayoría de la sociedad, como un empujón contundente para el fracaso del golpe. En sus continuos mensajes advertía a los golpistas que no toleraría ningún intento de perturbar el orden constitucional.

Es indispensable y necesario resaltar la actitud del entonces Vicepresidente del Gobierno, Manuel Gutiérrez Mellado, que se comportó como un auténtico héroe. Cuando Tejero amenazó a todos, con la ayuda de su arma mortal, obligándoles a precipitarse al suelo, el vicepresidente se levantó de su escaño y acudió a amonestar a los golpistas. Como jefe militar superior que era, nada menos que Capitán General, les ordenó poner  fin a su insurrección.  El resultado fue que terminó siendo brutalmente agredido y zarandeado. La acción de los guardias, intentando reducir a un hombre de casi setenta años de edad, ha permanecido cincelada en la memoria de muchos, así como en varios reportajes. Representa lo inquebrantable que, a pesar de algunos otros hechos, fue la transición democrática española. Mientras Tejero forcejeaba con el general Gutiérrez Mellado, sólo permanecieron en su asiento el presidente Adolfo Suárez y el dirigente comunista Santiago Carrillo.

Hay que destacar también el nombre :  Joaquín Arozamena, Iñaki Gabilondo, José Mª García, relacionado con el mundo de los deportes pero que, aquella funesta noche, cambió su programación, sin consultar, y nos mantuvo informados de las evoluciones que se iban produciendo. Pero hay más. Pedro Francisco Martín fue un reportero de Radiotelevisión Española que estuvo presente en el hemiciclo. Es conocido por haber conseguido grabar casi media hora de los hechos pues, muy hábilmente, apagó el piloto rojo de la cámara, de manera que la grabación continuó sin que los asaltantes se percatasen de ello.

Numerosos  son los personajes que intervinieron, para bien o para mal, durante aquel fallido golpe de Estado.  Sobre ellos escribiré más adelante pues, incluso en España, se desconocen muchas de sus actuaciones.

Ninguno de los guardias que secundaron a Tejero fue procesado. El juez instructor del caso, José María García Escudero, consideró que los pactos con las autoridades por los que Tejero aceptó rendirse, los excluían de cualquier responsabilidad. Su criterio fue respaldado por la sentencia definitiva del Tribunal Supremo. En sus memorias, el instructor, ya fallecido, explicó que la dirección de la Guardia Civil habría podido expulsarles con un simple expediente gubernativo. No debemos ignorar que, en el 1981, el clima que se respiraba en España era de incuestionable crispación. Aumentaba la violencia de la banda ETA, UCD se desintegraba, la democracia era inexperta, se percibía el desasosiego de los militares que anhelaban su perdida estabilidad, mientras que, miembros de la antigua jerarquía franquista, se sentían insatisfechos con la nueva España constitucional.

El Nacional

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