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Vivienda pública

Vivienda pública

Manuel Fermín

Lo dicen con total tranquilidad, pero con gafas para no ver las decenas de miles de viviendas construidas y entregadas por gobiernos anteriores que se levantan como testigos mudos en todas las regiones del país. Cuando se hace balance, resulta mucho de discurso y menos realidad.

Ha dicho el presidente Luis Abinader: “hemos entregado más viviendas que cualquier otro gobierno haya entregado antes”; asimismo, y en otra expresión de vértigo la vicepresidenta Raquel Peña señala:“ningún gobierno anterior ha hecho más en favor de los necesitados que la actual gestión”.

Insisto, y es cierto: revelan una vez más el hábito adanista de hacerse únicos, y se confirma que gozar del poder corrompe de manera inevitable el juicio de la razón. Los noveles mandatarios han pretendido hacer de su ejercicio lo excepcional, lo nunca antes visto, lo jamás realizado, toda una sensación repentina que se manifiesta como lo que es: el vértigo del que gobierna alejado de la realidad, buscando el golpe de efecto.

Han exhumado este género casi de ficción de no tener en cuenta lo realizado anteriormente y destacarlo en su favor. Recientemente el Gobierno “entregó a varias familias” 208 apartamentos facilitando 97 millones de pesos al constructor privado que invirtió 252 millones de pesos para hacer el proyecto.

Si nos permitimos hacer una pequeña excursión por la historia de la vivienda pública de bajo coste construida en el país, los gobernantes dominicanos actuales quedarían evidenciando carencia de contenido concreto de esa obra social en donde con una propaganda abrumadora se destaca como única, lo que nunca se ha hecho, y esto tiene un efecto desalentador, pero sobre todo que es falso. Obtener autoridad moral desde el poder supone tener resolución para embarcarse en la tarea de cumplir lo prometido y hasta los sueños deseados,y en lo que concierne al Gobierno parecen materias reprobadas.