Editorial

Vuelta a clases

Vuelta a clases

El ministro de Educación, Roberto Fulcar, anunció que a partir del 25 de este mes se inician formalmente las clases semipresenciales en escuelas públicas y colegios privados de todo el país, en todos los niveles del sistema preuniversitario, decisión que cuenta con el respaldo del Gabinete de Salud y la objeción del Colegio Médico.

La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) se habría comprometido a acatar la resolución que autoriza apertura presencial de docencia, aunque la filial de ese gremio en Barahona adelantó que los maestros no acudirán a las aulas.

Las autoridades prometen que se cumplirán con las recomendaciones y protocolo de seguridades establecidas para evitar la propagación del coronavirus, pero el presidente del Colegio Médico, Waldo Ariel Suero, estima que no es el momento para apertura de docencia y atribuye la decisión a que “este es un gobierno de empresarios”.

La comunidad de padres y tutores parece dividida sobre la conveniencia o no de reanudar docencia semipresencial, pero en el ámbito de los colegios privados se observa un mayor respaldo al anuncio del ministro de Educación sobre vuelta a clases.

No sería fácil explicar las razones por las cuales bares, hoteles, restaurantes y zonas playeras están abiertos y disponibles mañana, tarde y noche, mientras los planteles escolares deben permanecer cerrados, aun cuando sólo se aspira a una apertura parcial.

Se resalta también que la casi totalidad de los más de 70 mil maestros de escuelas públicas y colegios privados recibieron las dos dosis de vacuna contra la covid-19, en el entendido de que en algún momento se anunciaría retorno a docencia, para que, aun sea de manera rotativa, los estudiantes terminen el año escolar en las aulas.

El peligro de contraer coronavirus se mantendrá por muchos meses, años quizás, por lo que hay que lidiar con esa nueva realidad, en razón de que no hay suficientes cuevas donde refugiarse, pero es posible convivir con él, mediante el cumplimiento irrestricto del protocolo de prevención y con la vacunación de todo el rebaño.

Al fin y al cabo, la decisión de enviar a sus hijos a clases queda en manos de padres o tutores, por lo que puede decirse que las autoridades educativas al disponer reapertura de docencia, cumplen con un deber y una obligación de procurar vuelta a la normalidad en el sistema educativo, aun con riesgos que son previsibles y prevenibles.

El Nacional

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