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El mural a partir de cero

El mural   a partir de cero

¿Quien no ha visto los murales que se exhiben en las paredes de colegios y escuelas, que atrapan la atención por lo aparentemente extraño de los elemento que los constituyen: piezas desechadas, elementos de la basura, restos de artefactos, todos organizados artísticamente con una idea clara: la validez que puede tener lo desechado para hacer un arte colectivamente montado y como una propuesta pública para que la disfrute todo el que por allí pase?

Los murales a partir de basura constituyen un testimonio artístico y silente del camino que debe cursar la humanidad frente al derroche que se vive actualmente, según considera Marcerlo Ferder.

Tomar elementos “sin valor” y estructurar unos poderosos mensajes artísticos, se ha convertido en una de las tareas fundamentales de Ferder.

La idea de los murales a partir de “cero” (es decir, de elementos rechazados por ser ya “inútiles” productivamente hablando) es de este artista nacido en Argentina y radicado en el país hace muchos años, luego de un periplo que lo hizo pasar por otros países, incluyendo los Estados Unidos. En ninguno de los países en que estuvo se sintió tan cómodo y a gusto como en República Dominicana.

Marcelo Ferder es un artista plástico y también arquitecto.
“Siempre he luchado con esta dualidad como si tuviera que decidir por una profesión o por otra. En esa fricción me hice diseñador gráfico, diseñador de muebles y un gran etc”.

En Nueva York fui diseñador en neón, tuve una galería de arte, hice decenas de exposiciones, escenografías para obras de teatro.” afirma,
Ferder confiesa que por alguna razón fijó su atención (y luego su residencia definitiva) en República Dominicana.

“ Aquí puse una fábrica de papel reciclado, vendiéndole agendas ecológicas recicladas a miles de turistas que han visitado los hoteles dominicanos. Durante años exporté artesanía dominicana a los cruceros de Miami, y a la mayoría de las islitas anglo y francoparlantes del Caribe, he dirigido uno de los departamentos de diseño de la escuela de Chavón, y he sido profesor universitario desde 1983” sostuvo.

Este hombre dibuja, pinta, hace esculturas, monta instalaciones, diseña libros e ilustraciones.

“No entiendo a los artistas encerrados en su caja de cristal pensando que son la gran cosa y menos a esta altura del siglo 21, y a mí me gusta mucho estar afuera.” expresa.

Sobre los murales que ha hecho en diversos colegios y en el Centro León, indica que son el punto exacto su creatividad y su necesidad de realización social, de dar un mensaje concreto de cómo se debe cuidar el ambiente.

Reciclar siempre

Revela que “la ecología me interesa como persona más allá de las artes plásticas. Hoy en día esta de moda el reciclaje. Yo reciclo desde siempre, en Argentina cuando era un joven y prometedor artista, reciclaba, un poco por convicción y otro poco por falta de dinero, y en Nueva York en los comienzos de los noventa reciclaba para poder absorber la fabulosa presión que ejercía sobre mí esa sociedad”.