¿Qué Pasa?

El silencio de los fusiles enmudece público en FA

El silencio de los fusiles enmudece público en FA

El silencio de los fusiles es una de las películas imperdibles del VIII Festival Fine Art’s. Su próximo pase es este martes 3 de octubre a la 9:20 de la noche.

Políticos, periodistas, directores de cine, productores y públicos, cometerían un error de apreciación de lo valioso, si dejan pasar la oportunidad. Esta es una producción que debió presentarse con un panel sobre el tema, pero el tiempo no alcanzó para hacerlo.

El silencio de los fusiles, de Natalia Orozco, es la expresión de la voluntad de una periodista que se dio como tarea el documentar el proceso de paz en Colombia, cuando todavía no se avistaba en el camino ni la más remota posibilidad de que llegara a buen puerto. Y lo ha logrado, porque la voluntad de vivir en paz.

Orozco ha obtenido, tras uno de los procesos de diálogo más intrincados y complejos, tras cuatro años de negociaciones que interrumpidos más de una vez por la crueldad de la violencia de parte y parte (Ejército- y guerrilla), un documental para la historia. Ella documenta los excesos de una parte y de otra. Y la actitud de finalizar el conflicto por parte de todos.

Lo que en realidad nos presenta Natalia Orozco en El silencio de los fusiles, es un canto de esperanza concretada. Lo que nos ofrece esta mujer colombiana es la respuesta a las plegarias.

Lo que nos propone es una aspiración que comenzó a ser entonarse mucho antes de la primera cita oficial del diálogo de paz, y mucho antes también de que se pensara en que el proceso pudiera llegar al final feliz que hoy todos celebras y que es aún una dimensión incompleta.

Natalia Orozco hizo ejercicio del periodismo más difícil se concretar: el visionario.

Se adelantó a su tiempo, a las circunstancias de dolor y sangre, de luto y lágrimas para aferrarse a una certidumbre, la que decía que era posible lograr la paz. Enfrentó el machismo que provenía de los comandantes guerrilleros y de los jefes civiles militares del gobierno. Avistó, cuatro años antes, que la paz era posible. Y decidió documentar el proceso.