Opinión Editorial

¡Feliz viaje, feliz estadía!

¡Feliz viaje, feliz estadía!

A partir de hoy se incrementa el éxodo de vacacionistas hacia lugares de playas, ríos y montañas, pero también se prevé un aumento en el número de ciudadanos que esta vez permanecerán en sus asentamientos urbanos, en disfrute del sosiego que proveen los ausentes.

El largo asueto que se inició ayer al mediodía provoca un masivo desplazamiento vehicular por autopistas y carreteras, por lo que la Comité de Operaciones de Emergencias (COE) inicia desde hoy un vasto operativo de prevención de accidentes con la participación de casi 50 mil socorristas.

Con el propósito de reducir riesgos de sucesos lamentables, las autoridades clausuraron 248 balnearios, prohibieron fiestas y “teteos” en lugares públicos, así como la venta de bebidas alcohólicas en centros comerciales.

Falta saber si el COE o la Policía disponen de suficiente personal para poder impedir el trasiego de bebidas que habrían sido adquiridas con anterioridad o que se comercializan a discreción. No parece buena idea retornar a tiempos de “ley seca”.

La restricción de derechos, como la de participar en fiestas en lugares públicos, ha sido consecuencia del ejercicio desbordante e irresponsable de esas prerrogativas, como ocurrió el año pasado en Las Terrenas y otros destinos vacacionales, aunque es posible que las autoridades hayan incurrido en exceso.

Lo deseable sería que quienes violen la ley en zonas de playas, ríos, montañas o en la vía publica sean apresados y sometidos a la justicia, sin necesidad de que se impida que la ciudadania disfrute de su derecho al ocio, diversión o recreo.

Conviene precisar que Semana Santa es una celebración esencialmente de naturaleza cristiana, convocada para la devoción y la reflexión por lo que no debería confundirse con las festividades de fin de año, pero también se advierte que en ambos periodos no se estipulan espacios para el desenfreno.

Los votos son para que quienes enrumban proa hacia diversos litorales del territorio nacional gocen a plenitud lo que deben ser vacaciones matizadas por la sensatez y la civilidad, y los que se queden en el ámbito urbano, disfruten de las recónditas bellezas del entorno citadino, sus templos coloniales y de las celebraciones religiosas. ¡Feliz viaje, feliz estadía!

El Nacional

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