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20 años para carretera

20 años para carretera

Chiqui Vicioso

Bordeando una carretera que hoy se amplía, entre rocas y pinos y una amable Virgen de la Altagracia que a todos espera y donde siempre hay sentado junto a ella un campesino, con sombrero en mano, orando por los gajes de la vida: la vaca que se le muere, la cosecha que está pendiente, el nietecito que ya va a la escuela, la esposa que tiene cáncer, el árbol atacado por el comején, la casucha que aun no logra reparar, una larga letanía que imagino, aunque ese campesino solo esté sentado ahí, echándose fresco, sin una sola preocupación en el mundo que no sea llegar a su casa, comerse un pedazo de arepa dulce con chocolate y prepararse para el otro día, los sencillos dias de Jarabacoa, el lugar más bello del mundo.

Hay una canción que dice: No hay tierra tan hermosa como la mía, y yo añadiría, no hay lugar tan hermoso como Jarabacoa, y eso parece estar redescubriendo la burguesía del país, empeñada en vivir en sus grandes mansiones de la revista Home and Gardens, como si La Romana fuera un pedazo de California, o el estéril Los Angeles, un lugar mas para ser visto que para disfrutar la calidad de la vida, porque sin calidez no hay calidad de vida, y Punta Cana o Casa de Campo es un complejo de lujo, donde no hay gente que transite, ni pequeñas plazas llenas de frutas y flores, y aguacates y plátanos. Donde No hay un pequeño mercado con las carnes frescas del día ni una cafetería excelente al lado del supermercado donde por cierto no hay manera de conseguir un solo periódico porque como la gente lee se venden enseguida.

Jarabacoa solo tiene un gran problema y son los vertederos de basura a cielo abierto, allí cuando queman los desechos toda la ciudad se llena de una neblina tóxica y la gente, yo incluida, comienza a experimentar ataques de asma crónica. Jarabacoa tiene otro problema, y es que los caminos que dan al vertedero no están asfaltados y la hilera de camiones desata nubes de polvo que tambien afectan los pulmones. Los arboles y plantas aledaños a la carretera están todos cubiertos de una capa de polvo, tan gruesa que ni la lluvia la limpia.

Y ello me retrotrae el tercer problema: Hace 20 años que las Gobernaciones y Ayuntamientos le están prometiendo a William, que así se llama el encargado de hacer la carretera, que enviarán el asfalto para por fin pavimentar la carretera que da al vertedero, y hace 20 años que llegan los gredars, destruyen todo a su paso y dejan todo igual. Por lo menos eso me dice la Junta de Vecinos que presiden el Sr. Escarraman y su esposa, con folders de las cartas que le han enviado a todo el mundo planteando la necesidad de que por fin se pavimente el camino al vertedero, ya que pedir que lo eliminen podria ser demasiado.

En manos de las autoridades dejamos este caso que está convirtiendo en un infierno lo que podria ser el gran paraiso del pais: Jarabacoa!