Opinión

A rajatabla

A rajatabla

Orión Mejía

El valor de la disciplina

 

Porque la realidad es independiente a la voluntad de quien la aborda y porque los hechos son tozudos, Danilo Medina ganará con relativa facilidad las elecciones del 15 de mayo, sustentado en una excelente gestión de gobierno y un buen desempeño de la economía.

Aunque la suerte o la casualidad son categorías que deben tomarse en cuenta, la verdad es que en los próximos cinco meses en los entornos interno o externo no se avizoran nubarrones ni cataclismos en el orden económico o social, por lo que el triunfo electoral del PLD y aliados es muy previsible.

A más de eso, el liderazgo del PLD pudo superar una cruenta crisis interna que lo puso en riesgo de perder el Poder y cuyo recetario de solución fue aprobado a unanimidad por su Comité Político y luego refrendado por los demás órganos de dirección.

Ese acuerdo salvador incluyó la ratificación en sus nominaciones de los senadores y diputados, así como formas especiales de escogencias de los alcaldes, además de la reserva que se adjudica el CP para realizar necesarias negociaciones con partidos aliados.
Es por eso que resulta incomprensible que dirigentes o militantes peledeístas de larga data den riendas sueltas a desproporcionados resabios porque, a consecuencia del acuerdo en el Comité Político, no alcanzaron propósitos o metas personales, en el orden de nominaciones congresuales o municipales.

El doctor Leonel Fernández, presidente y líder del PLD, y el licenciado Danilo Medina, jefe de Estado y candidato presidencial, coinciden en el mensaje y la acción política dirigida a garantizar el triunfo electoral y consolidar la condición de ese partido como primera institución partidaria de la nación.

Ninguna aspiración a candidatura a senador, diputado, alcalde, o regidor puede estar por encima del interés supremo que ha definido la dirección del partido, ni aun en los casos en los cuales tal o cual persona alegue que se ha sacrificado, porque el interés del Partido prevalece sobre el señalado por cualquiera de sus miembros.

De labios del presidente Medina ni del doctor Fernández se escuchará en público o en privado ninguna expresión que lacere el propósito común de unidad en la diversidad y de trabajar para alcanzar un triunfo electoral contundente que afiance el proyecto de nación que impulsa el PLD.

Vale la pena recordar que en partidos con membresía predominantemente pequeño burguesa, la disciplina es mayor garante de la unidad que la indisciplina, sin llegar a pensar que los miembros del PLD deben actuar como borregos, sino personas conscientes, valientes y disciplinadas.

El Nacional

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