Opinión

A Rajatabla: Ridícula comedia

A Rajatabla: Ridícula comedia

Orión Mejía

No resulta tan fácil pretender colocar un manto de desesperanza o violencia sobre un escenario signado por la certidumbre económica, solidez institucional y de confianza ciudadana, razón por la cual han fracasado los sucesivos intentos por desdibujar el presente nacional.

Marcha Verde contribuye a oxigenar la democracia, porque ofrece a la ciudadanía un espacio amplio para expresar sus inconformidades o reclamos, pero para algunos asociados a ese movimiento ese no era el propósito, porque no se acostumbran a manifestaciones sin violencia, sin represión y sin muertos.

Aunque saben que la realidad objetiva no se transforma de la noche a la mañana, el dilatado delirio de esa gente los lleva a pensar que sí puede ser desvirtuada por vía de acciones puntuales en los ámbitos políticos, mediáticos y corporativos y hasta de acciones directas.

Los viajes de Marcha Verde por barrios y comunidades populosas, transcurrieron de la misma manera que sus caminatas regionales y la concentración nacional: en completa paz, por lo que el sector delirante resolvió acudir a sus propios métodos que se expresaron en San Francisco de Macorís y en Moca, con sendos muertos a manos de desconocidos.

El libreto fue modificado sustancialmente, porque lo de Marcha Verde no ofreció los resultados deseados por esos asociados al delirio. ¿Cómo es posible que en tantas manifestaciones, no se produjera ningún incidente?, dirían esa gente.

Fue así como se reescribió la historia para enfatizar en asuntos más asociados con una crisis económica que derivaran en crisis social y posteriormente en la anhelada crisis política. Los titiriteros se hicieron cargo del trabajo sucio.

Se mercadeó la especie de que la economía estaba a punto de colapsar, como lo demostraba la reducción del circulante, la baja en las recaudaciones, la imposibilidad de cumplir con el servicio de la deuda, el incremento del déficit fiscal y la reducción de las expectativas de crecimiento.

En el marco de ese discurso tétrico, se convocaron a huelgas en SFM y en Moca, donde dos jóvenes valiosos fueron muertos por desconocidos, uno de ellos por un disparo de escopeta casera.

La Junta Monetaria dispuso el aumento del crédito bancario en 23 mil millones; el ministro de Planificación anunció reducción del déficit fiscal y garantía de pago de la deuda; DGII y Aduanas reportaron incremento en las recaudaciones y la CEPAL anticipa que la economía dominicana crecerá en 5.3% del PIB.

El final de ese libreto presentaría un país en llamas, con el Ejército, sus tanques y helicópteros en la zona de guerra, con un Gobierno ilegítimo que ejerce represión contra la ciudadanía. Los titiriteros fueron por una tragedia y apenas consiguieron una ridícula comedia.