El pasado lunes fue el “Día del amor y la amistad” sustentado en un tal “San Valentín” que no hay ninguna constancia que haya existido, pero que ha sido una muy buena pieza para convertirlo en una fiesta comercial a la que nos sumamos mecánicamente pasando a ser solo objetos, piezas de recambio de un mundo cada vez más insensible sumado al negocio, al Marketing.

De todas formas es bueno aprovechar para comunicarles algunas ideas de salud alrededor de este asunto, que se centra más en la relación de pareja, en el amor carnal que se basa en la relación sexual y que puede ser entre un hombre y una mujer, pero ahora más público, sin la abominación del pasado, puede ser entre personas del mismo sexo y mil formas más algunas de las cuales este envejecido servidor no entiende.

He pasado como tonto útil, teniendo pareja consensual a quien regalarle, unos 57 “San Valentín” y es en los últimos que he entendido que básicamente lo que debo darle a mi pareja es un manojo de comprensión, un paquete con lasitos de tolerancia, todos los detalles del mundo y sobre todo un trato de respeto, lealtad, fidelidad y un saco de paciencia.

Eso mismo debo solicitar para mí. De nada vale la casa más grande y bonita, con todos los ajuares que la tornen cómoda o lujosa, si en ella se vive un ambiente de tensión, intolerancia o violencia.

Para que joyas caras, autos lujosos, o las más caras vestimentas si al final del día, al irse a la cama, donde ninguna de esas cosas materiales estarán en la pareja que la ocupa, y lo que prime sea la incomunicación, el desagrado por compartir lecho y hasta actos de violencia verbal o física.

Viva su “San Valentín” día a día con todos los que le rodean amparado en la paciencia, la tolerancia y la comprensión y se dará cuenta que tendrá un ambiente que será “algo más que salud”.