Opinión Articulistas

¿Antigua qué?

¿Antigua qué?

Chiqui Vicioso

(I)
La primera vez que me reuní con “Los Trinitarios”, un grupo de jóvenes que opera en los barrios y que dicen tener miles de seguidores en todo el país, me sorprendió su ingenuidad y absoluta ignorancia. Se formaron en las cárceles de USA y se llaman “Trinitarios”, porque “Duarte protegía a los dominicanos”. No sabían nada sobre el pensamiento Duartiano, ni que Gregorio Luperón (de progen haitiano), lideró la Restauración contra España, no Haití.

Tampoco tenían ninguna conciencia racial: Todos eran negros, ni de clase, son de la clase popular. Me inspiraron de inmediato una gran ternura, primero les ofrecí de comer, luego les regalé tomos de los Apuntes de Rosa Duarte sobre (único texto que explica el pensamiento de Duarte), y unos bustos de Duarte que me había regalado Jorge Pineda, de una de sus instalaciones y que se habían distribuido en todas las bibliotecas de los locales de la entonces Alianza País, cuando insistíamos en que el primer deber de una agrupación política, sindicato, club cultural, asociación campesina, junta de vecinos, o de madres, no es reunirse sino formarse, y para ello los Círculos de Lectura, y de estudio, son el primer escalón.

Esa acogida impidió mi asalto, o muerte, porque en una “ida al baño” le robaron la pistola a Fidelio y al intentar recuperala descubrimos que los Trinitarios operaban como paramilitares, y tenían arsenales donde le borraban la numeración de las armas, y una estructura jerárquica, formada por grados militares. Mi reunión había sido con lo “rasos”, uno de los cuales limpiaba mi casa, sin saberlo.

Ignoro quién es el Sr. Vasquez, quien orgullosamente se proclama fundador de la “Antigua Orden”, cuál su nivel de escolaridad, cuáles sus hábitos de estudio, qué hace realmente para subsistir, además de “vender motocicletas y perros mastines”, no “pitbulls”, dearest, pero por las fotos que vi, su grupo me provocó una profunda pena, porque está ávido de significancia social, y la procura embistiendo a otros como ellos, como a nosotros que somos “los haitianos del mundo”, donde los neoyorquinos originales nos miran con horror, y viven manifestándose contra nosotros, a quienes catalogan de “ilegales”. Si Trump gana nos deportarán en masa y ahí no valdrá el argumento de las parturientas dominicanas que van a parir a New York, para asegurarle la ciudadanía “americana” a nuestros descendientes.

Si este grupo paramilitar (nótese la parafernalia de sus uniformes, sus bozales con carabelas, y estrellas trujillistas en la simbología), no fuera tan violento en sus tácticas, no merecería más que un bostezo de la clase pensante de este país, pero sus amenazas de muerte a mujeres negras, sus ataques a centros comunitarios demandan la pronta intervención del Bukelismo local.