Por: Joseph Caceres
josephcaceres.net

De repente se verifica una interesante movilidad en torno a la música dominicana que pienso no se debe pasar por alto.

Los más populares exponentes de la música urbana en el ámbito internacional están abrevando de la música dominicana haciendo fusiones o montándose en el ritmo de la bachata y el merengue, como se puede ver en el caso del boricua Bad Bunny, quien en su nueva producción musical ha incluido un merengue urbano titulado “Después de la Playa”.

Por su parte la diva del reguetón puertorriqueña Ivy Queen se decidió por grabar una bachata con el título de “¿Quién Dijo?”. La popular cantante urbana española Rosalía se fue a lo típico, y en el tema ¨Despechá¨se nutre de la música de Fefita la Grande.

Me parece grandioso que eso esté sucediendo. Pero, la movilidad de los géneros no se queda en estos artistas extranjeros, pues aquí ha sucedido esta semana que un cantante de baladas como Wason Brazobán ha lanzado una bachata, en tanto que al merenguero Toño Rosario se le ha hecho una producción también de bachata.

La bachata y el merengue están retomando espacio en el interés de muchos artistas y de la gente.

Ojalá que este proceso sea asimilado y entendido de manera consecuente. Debemos alegrarnos de que ello esté sucediendo.

Lo decimos porque en los 90´s el merengue explosionó en Puerto Rico cuando los cantantes de allí decidieron grabar el género y figuras como Olga Tañon, Elvis Crespo, Manny Manuel, Los Sabrosos del Merengue, Joseplh Fonseca, Ashley, Grupomanía, alcanzaron fama y propaganda cantando y tocando nuestra música.

Pero aquí hubo gente, que en vez de celebrarlo, lo criticaron argumentando que los puertorriqueños se querían apropiar de nuestro merengue. Lo consideramos en su momento una estupidez, puesto que los artistas boricuas, con su gran poder de mercadeo, estaban con ello promoviendo nuestro ritmo. Alcanzaron tanto auge que en todas las premiaciones hispanas de Estados Unidos, siempre se alzaban con los premios a la música tropical, mientras los de aquí se quedaban “rumiando” y “oliendo donde guisan”. A eso se reducía el asunto, a un celo con los boricuas. Mientras más artistas se monten en la música dominicana, mayor será su nivel de incidencia y vigencia.

Ojalá y se entienda.