El tristemente célebre Jimmy Cherisier (Barbecue), jefe de las bandas armadas de Haití “G-9 y Familia” ha vuelto a escena tras escapar de un cerco policial, su consideración sobre República Dominicana y por sus afirmaciones de que su país tiene que liberarse de la incidencia de Estados Unidos, Francia y Canadá.

En lo que representa una posición sensata, que se debe ver como un rayo de luz en medio de la oscuridad, Barbecue habría advertido a sus compatriotas no atacar a los dominicanos, porque estos no son la causa ni el problema para los haitianos.

Por cierta que sea la afirmación el terrorismo y la violencia elegidos por Barbecue como métodos para la liberación de su país de la injerencia internacional es censurable.

Por responsabilidad de las pandillas armadas que dirige en la nación, además de los miles de muertos y desplazados, impera la inseguridad, inestabilidad, ingobernabilidad y el caos.

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Ese ambiente ha agravado la crisis económica y alimentaria que desde hace años castiga al pueblo haitiano.

Las repatriaciones no son el problema de Haiti, pero sí la violencia que promueve y sus funestas consecuencias.