A pesar de una que otras recomendaciones, mejor parado no pudo resultar el Gobierno de la evaluación del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el desempeño y las perspectivas de la economía. Más significativo todavía que la mejoría se haya alcanzado a contrapelo de un entorno externo colmado de incertidumbre en casi todos los aspectos.
No es como para sacar pecho, mucho menos dormirse en sus laureles, pero frente a un panorama que suele ensombrecerse por cualquier nubarrón estimula el reconocimiento del FMI de que República Dominicana posee fundamentos económicos fuertes y espacio de maniobra para enfrentar la persistente incertidumbre global, posicionándose mejor que la mayoría de los países de América Latina.
La desaceleración que se inició a finales de 2024 y que se mantuvo durante el primer semestre de este año, como resultado de factores externos, dice el organismo financiero que está en proceso de recuperación gracias al relajamiento gradual de la política monetaria, el apoyo fiscal y el dinamismo de sectores claves como turismo, las exportaciones y el crédito privado.
El FMI también destaca en su informe que la inflación permanece controlada y cercana a la meta de un 3.7 % para este año.
Es muy significativo por demás que el organismo subraye que el déficit y la deuda pública, que tanta inquietud generan, seguirán una senda descendente, según dice, “gracias a la reducción proyectada de pérdidas en el sector eléctrico y a una mejor focalización de subsidios”.
Sin embargo, no todo es color de rosa. El organismo estima que la implementación integral del pacto eléctrico es necesaria para bajar la presión fiscal y asegurar un suministro confiable.
También advierte sobre la necesidad de mantener políticas fiscales prudentes, acompañadas de esfuerzos para mejorar la eficiencia del gasto público y eliminar subsidios generalizados.

