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Calor y más…

Calor y más…

José Antonio Torres

Las olas de calor son fenómenos climáticos extremos que se producen como resultado de la crisis climática. En un mundo que se está calentando rápidamente debido a la actividad humana desde la era industrial, los récords de temperaturas máximas se están rompiendo constantemente a medida que avanzamos en el siglo XXI.

Sin embargo, tanto el calor como la sensación calurosa será mayor en la zona urbana debido al fenómeno conocido como isla de calor, que se produce cuando los materiales de construcción y las estructuras urbanas absorben calor durante el día y lo liberan lentamente durante la noche, manteniendo las temperaturas más altas de lo normal.

Según un nuevo estudio realizado por expertos en clima de World Weather Attribution, las letales olas de calor que están golpeando a América del Norte, Europa y Asia nunca podrían haber ocurrido sin la acumulación continua de gases de efecto invernadero; en otras palabras, fuera del marco del cambio climático.

Según este estudio, el efecto del dióxido de carbono y otros gases estancados en la atmósfera ha provocado que la ola de calor en Europa sea 2,5 grados centígrados más cálida; 2 grados en Norteamérica y 1 grado en Asia.

En este último, el aumento de los gases de efecto invernadero, principalmente los que provienen de los combustibles fósiles, ha multiplicado por 50 las posibilidades de otra ola de calor.

Y en todas partes, las olas de calor serán más intensas, más frecuentes y más duraderas, un cóctel que está detrás de otros desastres relacionados con el clima, como sequías e incendios forestales, que complican nuestra vida en la Tierra.
El sur y el este de Europa se preparan para batir récords de temperatura en plena ola de calor.

En algunas zonas de Italia podrían alcanzarse máximas de 48 grados en los próximos días, lo que hace temer un aumento de las muertes relacionadas con el calor.

En Grecia también se han registrado temperaturas superiores a 40 grados, lo que ha obligado a cerrar la Acrópolis de Atenas durante las horas más calurosas del día para proteger a los visitantes.