La victoria aplastante que obtuvo el presidente Danilo Medina, quien no sólo rompió el record al ser elegido con la votación más alta de la historia, sino que llevó al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) a ganar por primera vez con más del 50 por ciento de los sufragios, puede verse empañada por la conformación del Gabinete que dirigirá los destinos de la nación a partir del próximo 16 de agosto.

Luego de 16 años en el Gobierno, lo ideal sería que los funcionarios actuales, mediante una decisión política del más alto nivel, pongan a disposición del presidente Medina sus cargos, para que este pueda inyectar nuevos bríos al tren gubernamental, que está conformado, en su mayoría, no sólo por personas que sobrepasan la edad de retiro en el país, sino que además, salvo excepciones, que están anquilosados, cansados, con la creatividad agotada y que parecen sólo hacer presencia en las instituciones que dirigen para justificar sus salarios.

No sólo el país espera que el mandatario, quien ha dicho que el próximo será su segundo y último mandato, introduzca figuras frescas en el tren gubernamental, sino que a lo interno del PLD añoran una remoción casi completa de los funcionarios, ya que cientos de dirigentes preparados y talentosos han esperado en vano durante 16 años tener una oportunidad para poner al servicio del país sus capacidades, lo que no ha sido posible porque los actuales se han eternizado en el gobierno durante 4 períodos.

Contrario al doctor Joaquín Balaguer que creó una clase gobernante mediante la rotación periódica de sus funcionarios, las administraciones del PLD han sido tímidas en hacer cambios en las instituciones, lo que ha imposibilitado que esta organización tenga una reserva de gente con experiencia de estado, y parece primar más la jerarquía partidaria para mantener a alguien en su puesto, que la capacidad, la eficiencia y la transparencia en el manejo de los fondos públicos.

El pueblo manifiesta un cansancio frente a los funcionarios que han envejecido frente a la cosa pública, los que en su mayoría carecen de aceptación de parte de la población, conforme lo revelan encuestas realizadas en los últimos días.

El país espera, y así lo manifiestan los ciudadanos en la calles, que el presidente Medina vaya a un segundo período acompañado, mayormente, de un nuevo gabinete, que sean personas que emulen la conducta del mandatario, funcionarios que muestren humildad, que sean accesibles y sobre todo que escuchen el sentir de la población, que hagan en sus instituciones no lo que quieren, sino lo que la población espera, lo que ha sido el mayor éxito del presidente y la causa de su reelección sin precedentes.

El país espera del presidente una gestión brillante que cierre su ciclo con broche de oro, lo que al parecer ya no es posible con funcionarios desgastados, cansados por los años físicos y de ejercicio de poder. La nación espera y necesita que se produzca un relevo generacional en el Estado Dominicano.

La derrota sufrida en el pasado proceso electoral por importantes figuras del PLD, entre ellas el alcalde de la capital, Roberto Salcedo, demanda que se produzca también un relevo a lo interno de esa organización, y la forma más fácil de producir estos cambios que requiere el país y los partidos políticos, es que se dé oportunidad a nuevas figuras en el tren gubernamental, para que demuestren sus talentos y capacidades y de esa forma proyectarse como la generación nueva que pide a gritos el país.