Con la cápita diferenciada por la Sisalril (Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales) en la reforma de la seguridad social ha vuelto a encenderse el debate sobre un sistema plagado de cuestionamientos por la ineficiencia y los altos costos de los servicios.
Se pensaba que se trataba de una alternativa viable, pero las observaciones hechas por la Agrupación de Afiliados a la Seguridad Social Dominicana obligan a una discusión profunda sobre la iniciativa para alcanzar un consenso entre todos los actores del sistema.
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Si la propuesta, que toma en cuenta la edad y el género, afectará a los trabajadores y sus familiares, además de violar el principio de proporcionalidad y seguridad jurídica, es obvio que no debe impulsarse.
Como la cápita diferenciada (que en principio se veía tan razonable) también implicaría una mayor concentración del mercado en beneficio de las ARS que cuentan con mayor número de afiliados, son más legítimas las razones para que cualquier decisión sea el resultado del diálogo entre los representantes del sector.
Es lo prudente para evitar más conflictos en un sector que necesita mejorar sus servicios.