Los 12 ascensos al rango de general en la Policía dispuestos por el presidente Luis Abinader se han prestado a las más variadas conjeturas.
No porque los ascendidos no merezcan la promoción, sino porque la cantidad de generales que ahora tiene la institución casi duplica el número que se consigna en la ley de reforma y modernización del cuerpo.
Daría menos de que hablar si en lugar de un general en el decreto de los ascensos se hubiera pasado a retiro a la misma cantidad de oficiales.
En el proyecto de reforma y modernización de la Policía, que el presidente Abinader ha enfatizado que es irreversible, se contempla un máximo de 20 generales como más que suficiente para la institución desempeñar su labor.
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Pero la implementación de la medida, en torno a la cual no se han ofrecido explicaciones, se ha convertido en una posibilidad lejana.
El elevado número de generales, en su mayoría sin funciones que lo justifiquen, es una de las interrogantes que rodea desde un principio el proceso de reforma.
No se tiene claro si además de los gastos que suponen los muchos oficiales obstaculizan la función de garantizar la seguridad y el orden.
