Escuela Madre Mazzarello
Señor director:
Recientemente visité la escuela de educación básica Madre Mazzarello, localizada en la calle Manuela Diez con Albert Thomas del sector María Auxiliadora del Distrito Nacional. Fue placentero para nosotros poder percibir en vivo el normal desarrollo de las actividades que allí se realizan. Parecía el hábitat cuasi perfecto donde se anidan la vocación y las relaciones humanas manifiestas entre el personal laboral y el alumnado de ese plantel. El paso por aquel centro educativo nos permitió intercambiar palabras con algunos miembros del personal adulto, pues con los y las estudiantes bastaba observar su interacción para determinar que emocionalmente se sienten a gusto/as, protegidos/as y aprovechados/as.
Diferente a otras escuelas vecinas y lejanas, en esta se habla bien de la comida que reciben, y muchachos y muchachas se observaba comiendo de muy buenas ganas. En contradicción con todas las bondades exhibidas en aquella escuela católica, todos/as se quejan por el disgusto que sienten ante un comedor en construcción que después de un año de iniciado por el Ministerio de Educación, a penas está a nivel de zapata. Aquel espacio en construcción se ha convertido en un punto de peligro para todas las personas que hacen vida en esa escuela/hogar de orientación Salesiana donde el libertinaje no tiene acceso y todos/as hablan el mismo lenguaje pedagógico y afectivo.
Donde se levanta el comedor virtualmente abandonado, solo tiene hecha la zapata, y no está hecho broque porque lo acaban de limpiar, pero aun así, constituye un peligro para el alumnado que en sus momentos libres sienten la natural curiosidad de presenciar las huellas de lo que allí se ha trabajado.
Aquello sirve de guarida para delincuentes que ya dieron un buen susto a todo el personal, e hicieron necesario pedir ayuda a la policía. Aunque estas muchachas/os almuerzan a las mesas en los pasillos del plantel, la urgencia es la eliminación de aquel foco de amenaza de la seguridad de todo el personal que interactúa aquí.
Ojalá que el Ministerio de Educación ponga atención a esta denuncia, y con carácter de urgencia disponga la terminación del aludido comedor para evitar consecuencias que pudieran intranquilizar a la comunidad educativa y al propio Ministerio de Educación. Si no se corrige aquello ahora, después podría ser muy tarde.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez
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