Vivir cada momento

Señor director:
Si viviéramos nuestras vidas como si cada momento fuera el último disfrutaríamos mucho más de esas maravillosas oportunidades por pequeñas que fueran, si bien es cierto que la vida cotidiana no tiene muchas veces nada de excitante, pues está hecha de repetición y rutina; podemos incluirle pasión a todo lo que hacemos y convertir la rutina en una aventura fascinante.

Porque somos seres cotidianos, debemos asumir con responsabilidad nuestros quehaceres diarios, pues en ellos podemos crecer como mejores personas, en el hacer de cada día crece nuestra responsabilidad, la grandeza de una vida no radica tanto en los actos sublimes o heroicos ni en las grandes palabras que proclamamos, sino en la ilusión y entrega con que asumimos nuestras obligaciones y en el servicio sencillo y generoso que realizamos cada día a los demás.

La vida cotidiana no es, en consecuencia, algo que hay que soportar para luego vivirlo transcendentalmente, es esa oportunidad que todos merecemos experimentar para ser personas que viven cada momento, es en la normalidad de cada día donde se decide nuestra calidad humana, ahí se fortalece la autenticidad de nuestras decisiones, se purifica nuestro amor a las personas, se configura nuestra manera de pensar y de creer. Todo lo que nos ocurre puede convertirse en escuela y oportunidad de crecimiento.

Propongámonos vivir cada momento de nuestro día con intensidad, lleno de entusiasmo y vida, no nos angustiemos por el pasado que ya no lo podemos cambiar, ni por el futuro, siempre incierto, que todavía no ha llegado. El secreto de la vida consiste en vivir intensamente cada momento y disfrutar lo que somos y lo que hacemos.

Por lo general, la gente se la pasa posponiendo el disfrute y la plenitud de sus vidas entre la nostalgia de lo que fue y la ansiedad de lo que será, sin disfrutar el presente. Hoy puede ser un gran día para vivirlo al máximo, de nosotros depende vivirlo o dejarlo pasar. La vida continúa su marcha y lo único que podemos hacer es aprovecharla viviendo cada momento a plenitud. Pongamos nuestra mente y corazón en todo lo que realicemos buscando siempre la excelencia en las actividades que emprendamos superando de igual manera las actitudes negativas.

Atentamente,

Iris de la Cruz de Paula