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Anulfo Mateo Pérez

Impacto de la violencia

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Las personas violentas nacen o se hacen? La pregunta es pertinente si tenemos en cuenta que en otras sociedades, que a diferencia de las del Tercer Mundo son desarrolladas y donde existen excelentes estándares de vida, también la violencia se expresa de forma incontrolable y preocupante.

Sabemos de suicidios colectivos de jóvenes de clase media en Japón; homicidios por motivos pasionales en España; jóvenes que cazan con fusiles automáticos a niños y profesores en centros escolares en EE.UU.

En culturas y realidades económicas diferentes a la nuestra también se expresa la violencia, donde al menos el flagelo del hambre, desempleo, analfabetismo y la exclusión no tienen los niveles del Tercer Mundo.

La violencia tiene su origen, además de los factores económicos, políticos y sociales, reitero, en la agresividad innata del ser humano y el aprendizaje que se hace de ella desde la niñez, sobre todo en el hogar.

Los expertos coinciden en que la educación integral basada en la expresión de cariño y la corrección de conductas agresivas en los niños, es parte de la “regla de oro” en la prevención de la violencia.

La adecuada socialización del niño es clave para su conducta amigable en la adultez, recordando que hasta los dos años se registra el pico más alto de comportamientos agresivos de baja intensidad.

Con la socialización sistematizada se va inhibiendo la violencia del infante, a medida que va desarrollando conductas alternativas para conseguir sus objetivos relacionados con sus necesidades primarias.

Pero existen entre un 5 y un 10 por ciento de menores, que por motivos personales o sociales, no consiguen inhibir esta conducta y se convierten en violentos, llenando las crónicas rojas de los diarios.

El Nacional

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