No siempre se es maduro y equilibrado, ni se tiene la capacidad de aconsejarse uno mismo cuando las cosas andan mal. Por lo tanto, en la mayoría de los casos es necesario la ayuda de un profesional de la psicología para que sirva de guía y contribuya a salir de los conflictos de la forma más sana y menos conflictiva. En este caso lo ideal es asegurarse de caer en manos del profesional adecuado.

El rol de un verdadero terapeuta es no juzgar, es acompañar y estar ahí siempre para sus pacientes. Nosotros no somos quien para etiquetar, solo estamos ahí para apoyar, manifestó la psicóloga Ana Simó.

Hay que hacer vínculo con el paciente, pero eso es un don con el cual se nace, a través del cual se logra que la persona que busca ayuda pueda desahogarse y contar todo lo que le sucede abiertamente. No se puede tratar al paciente con mandatos, ni hacerlos sentir culpables, sino llevarlos a que ellos mismos descubran dónde han fallado. Simó dirige el Centro Vida y Familia que lleva su nombre, institución que ha logrado credibilidad en el país, y celebra con diferentes actividades su sexto aniversario. Estas incluyen una charla con todos sus clientes el día 25 en Cuesta Centro del Libro y un compartir con los miembros del centro y su familia.

Mas del centro

Esta entidad abarca distintos niveles de la conducta humana, donde 13 terapeutas tratan casos que van desde la gestación hasta los envejecientes a nivel de psiquiatría, terapia conductual e hipnosis, cubriendo todas las necesidades del paciente a nivel de psiquiatría. Con este proyecto yo quería llegar a todas las clases, a todas las edades, a enseñar que esta carrera es bonita, que se puede creer en ella y que te ayuda a evolucionar como ser humano dijo Simó recordando los inicios del proyecto.