Los reportes extraoficiales de fallecidos y pacientes en condiciones de cuidado a causa de contagio de cólera han obligado a las autoridades de Salud a intervenir el municipio de Enriquillo para contener un brote de la enfermedad que amenaza con extenderse en esa y otras comunidades del suroeste.
Se ha hecho costumbre que algunas autoridades nieguen o minimicen denuncias sobre situaciones que afectan a la población, como fue el desmentido de la Dirección de Epidemiología a la detección de casos de cólera en ese municipio costero.
Listín Diario informó el lunes la aparición de once casos de adultos y niños, de nacionalidad haitiana, con diarrea aguda, sospechosos de contraer la enfermedad, aunque Salud Publica dijo que la causa de la muerte de un menor fue por amebiasis y no por cólera.
Los pacientes con cuadro diarreico agudo fueron remitidos al hospital regional universitario Jaime Mota, de Barahona, cuya dirección médica aplicó el protocolo de aislamiento y control epidemiológico, con la comprobación de que al menos dos padecen de cólera.
La comunidad Los Cocos, de Enriquillo, donde reportaron los primeros casos de cólera, debería ser objeto de similar acometida por las autoridades, que incluyó un hospital móvil, monitoreo de las fuentes de agua y saneamiento ambiental.
Prevalece la presunción de que sería un ciudadano haitiano recién ingresado desde Haití quien habría producido el primer contagio, a lo que se atribuye que las personas afectadas en su mayoría sean de la misma nacionalidad y comunidad, aunque persiste el riesgo de propagación del cólera.
En vez de negar o dosificar información sobre el brote de cólera en Enriquillo, las autoridades están compelidas a consolidar un cerco sanitario a la zona bajo riesgo, y otro cerco migratorio para impedir que dominicanos o haitianos positivos de cólera de desplacen hacia otras zonas.
Descuido, inobservancia o negligencia resultan inadmisibles y menos aún que se intente ocultar o disminuir el impacto sanitario que tendría la detección de ese brote de cólera, que en principio se quiso encubrir, como si sería posible ocultar el sol con un dedo.
