Semana

Como cada domingo

Como cada domingo

José Rafael Sosa

Votación como catarsis.-

El pasado domingo 16 de febrero de 2020, por el trauma nacional que representó la suspensión de las elecciones municipales, sigue vigente como un golpe culposo que demanda, por el bien del país, esclarecer quienes fueron los responsables del colapso de esos comicios.

A pesar del trauma que ha supuesto, el país está convocado a las urnas nueva vez, ahora para el domingo 15 de marzo, para la elección de las autoridades de los gobiernos locales, alcaldías en las que se supone radica el primario poder real de los pueblos. Hay que salir a votar.

Vote por quien entienda, pero vote.

Ese día el poder real pasa a cada persona en capacidad de votar.

La Junta Central Electoral adoptó una postura responsable, respaldada por los principales partidos, de suspender las elecciones al verificar que el voto automatizado, presentaba serios problemas. Claro que debió suspender la jornada comicial desde el sábado en la noche, cuando se veía que había problemas informáticos.

El trauma de esas elecciones removió la conciencia nacional y dio origen a un importante movimiento de conciencia ciudadana a cargo de jóvenes apartidistas que han dado un ejemplo de expresión firme, militante y pacífica en la conducción de sus reclamos.

En esta nueva jornada de votación no hay lugar para maniobras, ni acciones informáticas indebidas porque nos estaremos jugando el futuro.

Votar trasciende el acto de depositar el voto. Votemos como catarsis. Por quien nos dé la gana. Votemos por quien consideremos que nos ofrece las garantías de mejores niveles de vida, anhelados y merecidos.
No hemos tenido, a veces, mucha suerte al elegir correctamente nuestras autoridades.

Pero hay advertencias que hacer. El mundo no acaba ese día. Nadie se “aloque” por las elecciones de marzo 15.

bb

Todo debe quedar en orden divino. Todo debe y tiene que salir bien.

Cabe esperar que los no favorecidos por los votos, admitan rápidamente su derrota y corran al teléfono para felicitar a quienes hayan ganado.

El mundo no se acabara esa noche de domingo. Con La Junta Central Electoral, sometida ya a bastante presión procedente de todos lados, va a cumplir con su cometido.

Los electores no deben prestarse a maniobras de fraude electoral, de venta de votos, y al contrario, deben denunciar esas actividades para lo cual hay números de teléfonos habilitados para denunciarlo.

Deseamos que esta jornada de votación sea catarsis nacional de justicia y reclamo por la superación del trauma.