Carta de los Lectores Opinión

Confesiones contra PLD

Confesiones contra PLD

El tiempo de vida institucional del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se está acercando a su final, dejando de paso un cúmulo de amargos resultados al país tras sus 50 años de existencia y 20 de un fracasado ejercicio gubernamental. A su medio siglo de andanzas fuera y en las entrañas del poder, las administraciones del PLD han establecido marcas históricas de corrupción y descalabro total del país.

El imperio de moralidad política y de gobernanza que el partido morado prometió construir en República Dominicana está en su etapa moribunda. La llamada casa de cristal desde donde los peledeistas siempre proclamaron con orgullo su envejecida consigna de “Servir al partido, para servir al pueblo” fue una farsa, porque al final usaron al pueblo para servirse de sus dineros y bienes y profundizar sus miserias. El partido que tuvo en Danilo Medina a la cabeza de sus dos últimas gestiones de gobierno está destrozado y metido en un callejón sin salida.

A su llegada al poder en 2020, el Gobierno del presidente Luis Abinader dejó el destino de la lucha contra la corrupción y la impunidad en manos de un Ministerio Público independiente, empezando desde entonces a escribirse otra historia. A partir de ese momento, decenas de colaboradores del pasado gobierno, desde la poderosa cúpula de mando escogida a tajos de navaja por Danilo Medina, hasta individuos en otras instancias que dieron forma a una red delictiva, han caído en manos de la justicia.

La dirección del PLD se está rompiendo ahora la cabeza porque no sabe cómo salir del embrollo en el que está metido. Sus dirigentes están destrozados por las demoledoras confesiones de protagonistas de los hechos imputados que han revelado cómo funcionaba la red, admitieron haber robado, han devuelto millones de pesos al Estado, han identificado a sus superiores y ahora colaboran con la investigación.

El golpe más arrollador lo recibieron tras las devastadoras delaciones del ingeniero Francisco Pagán, exdirector de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), una ficha crucial que movía, bajo órdenes trazadas desde el Palacio Nacional, las jugadas del entramado corrupto.

Sólo mencionar la caída y procesamiento judicial de los otrora todopoderosos ministros peledeistas José Ramón Peralta, Donald Guerrero y Gonzalo Castillo, este último, además, su candidato presidencial para las elecciones de 2020, indica el degradante papel jugado por los gobiernos de Danilo Medina al institucionalizar la corrupción a todos los niveles desde la sede presidencial.

Por: Mario Antonio Lara

El Nacional

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