Orto-escritura

¿Conoce usted las palabras burdégano y burreño?

¿Conoce usted las palabras burdégano y burreño?

En el habla dominicana, el mulo parido por burra y engendrado por caballo se llama sémino.

Toda palabra que aparezca en el Diccionario de la lengua española es o ha sido empleada en algún punto de la amplia comunidad hispanohablante.

Se dice que no hay diccionario completo y también señalan los lexicógrafos, quienes hacen los diccionarios, que estos envejecen temprano. Algunas voces faltan en el diccionario y otras sobran por desuso.

Las palabras existen porque la gente las usa. El vocablo /comparón/, por ejemplo, no se encuentra en el diccionario académico, pero anda en la boca de los dominicanos, y en los textos literarios, para referirse a una persona presumida, vanidosa, creída, parejera, aguajera.

Menos conocido que /comparón/ es el vocablo /sémino/ el cual se emplea para llamar un animal que es producto del cruce entre burra y caballo. Es un mulo, pero a diferencia del mulo común, que nace de una yegua (hembra del caballo) y un burro, la relación entre los progenitores es inversa. Esa voz figura en el Diccionario del español dominicano, pero no en el del español general.

Para designar al referido cuadrúpedo, el Diccionario académico ofrece tres palabras: burdégano, burreño y acémila. Confieso que las dos primeras las conocí hace unos meses. Mi padre, que cultivaba la tierra y poseía animales de carga, murió sin conocer esas palabras.

La denominación que usó  para referirse a la cría de burra y caballo fue sémino. Pero no solo él, sino también sus hermanos, sus colegas, sus compadres y sus vecinos. También los pescadores, los ebanistas y los profesores.

Una vista al Diccionario de la lengua española permite ver que la voz /acémila/ procede del árabe, de donde trae el significado  ‘bestia de carga’. Su definición resulta genérica e imprecisa: f. “Mula o macho de carga”. Sinónimos: asno, borrico, burro, mulo, bestia.

En el libro Don Quijote de la Mancha la palabra se emplea para designar “una mula de repuesto”, es decir la que lleva las provisiones de los viajeros. “Dio luego voces a Sancho Panza que viniese, pero él no se curó de venir, porque andaba ocupado desvalijando una acémila de repuesto que traían aquellos buenos señores…” (Edición IV Centenario, pág. 171).

Con el vocablo /burdégano/ la cosa cambia. Se indica que deriva del latín tardío “burdus”, ‘bastardo’. Su definición: “m. Hijo de caballo y burra, casi siempre estéril, como los mulos, y con la cabeza más grande y el cuerpo más pequeño que estos”. Se le señala un sinónimo: burreño, voz formada por derivación de burro y -eño.

El adjetivo /bastardo/, al que se asocia la voz burdégano, tiene en su primera acepción “Que degenera de su origen o naturaleza”. Y en la segunda alude al hijo bastardo. Tiene como sinónimos: ilegítimo, adulterino, espurio, natural.

Resulta chocante la definición que da el Diccionario de /burdégano/ exprese “Hijo de caballo y burra, casi siempre estéril, como los mulos…”. Al decir “como los mulos” expresa que no es un mulo. Como no soy genetista, no puedo afirmar, sino preguntar ¿qué tanto pueden variar dos seres si ambos proceden de un cruce siendo la madre de uno igual que el padre del otro y viceversa?

El hijo de yegua y burro es incuestionablemente un mulo, ¿pero puede serlo el producto de una burra que se ha apareado con un caballo? Solo sé que los hombres del campo lo consideran un mulo con mejores condiciones que el mulo común.

El Diccionario y el habla de la gente deben mantener correspondencia, pero cuando no ocurra, los hablantes se agarrarán de lo que haya. En el habla dominicana, el mulo parido por burra y engendrado por caballo se llama sémino.