Articulistas Opinión

Crónica del presente

Crónica del presente

Euclides Gutiérres Félix

¡Qué desorden!

El autor de esta columna, nunca ha tenido explicación que nos diga que debemos escribir en singular para los medios de comunicación, radiales, escritos y televisivos; en el registro de nuestra memoria las primeras crónicas, dedicadas a las actividades deportivas del beisbol, comenzamos a escribirlas cuando residíamos, o cuando vivíamos, en las Plantaciones Bananeras de la Grenada Compay, la gigantesca plantación agrícola que se había establecido en Monte Cristi, en los primeros años de la década de 1940, que era propiedad de la United Fruit Company la compañía agrícola más poderosa del mundo, que era conocida en Centroamérica por el nombre de ¨Mamita Yunay¨.

La edad que teníamos era de 14 a 15 años y participamos en esa edad, en la Campaña de Alfabetización que ordenó y organizó el régimen dictatorial de Rafael Trujillo Molina.

Vivíamos en las plantaciones conocidas con el nombre de ¨Maguaca¨, en un hermoso chalet que había construido la empresa como vivienda de sus empleados de mayor jerarquía. En Maguaca se casaron nuestras dos hermanas mayores, Mercedes Virginia y Marta Teresa. Y esa campaña de alfabetización nos dio mucha autoridad, desde adolescente, en toda la región.

Desde luego bajo ese régimen severo y represivo, que tenía el control absoluto de la Nación, que no llegaba a los tres millones de habitantes, se vivía bajo una disciplina y al respeto a las actividades civiles, agrícolas, comerciales, industriales, de servicios sanitarios y de educación, que nadie se atrevía a irrespetar.

La vida en esa región donde nuestro padre, que había sido capitán del Ejército Nacional, por más de 22 años, llegó a ser después de 1946, uno de los funcionarios de la División Agrícola ¨Berlanga¨; pero ese proceso de nuestra vida, fue realmente una escuela extraordinaria de lo que era el pueblo dominicano.

Hemos calificado sobre la base de experiencia, como ¨Pueblo Pequeño, Hermoso, Productor, Rico y Valiente¨, convertido en un Estado republicano a partir del 27 de febrero de 1844, que ha mantenido su independencia y soberanía que ha impuesto, enfrentando en 6 oportunidades ejércitos poderosos de españoles, ingleses, franceses, haitianos, españoles y estadounidenses, y esa conducta de los dominicanos, fue lo que motivó que Fidel Castro Ruz como expresión de admiración y de respeto, calificara a los dominicanos como ¨Pueblo Legendario, Veterano de la Historia y David del Caribe¨. Ahora, hoy, en los momentos actuales los 10 millones de habitantes que viven en el país, han crecido tanto en términos económicos y productivos, que nos ha convertido en el Estado del Caribe, Centroamérica y otras partes del Continente, en un grado de desarrollo que nos ha vuelto locos.

El desorden en que vivimos, debilitando las bases fundamentales de nuestra soberanía e independencia republicana, ha venido a sumarse a esta locura que no tiene al parecer solución, cuando estamos frente a un peligro que va a terminar disolviendo a este pueblo, que por el esfuerzo y el sacrificio de sus hijos, mujeres y hombres, que no atinamos a poner atención al más grave de los problemas a los que estamos enfrentados: el problema que ha generado el ¨Conglomerado Humano¨ que tiene el nombre de Haití, estimulado por las potencias de los Estados Unidos de América, Canadá y Francia, con la complacencia de las Naciones Unidas (ONU), la funesta Organización de los Estados Americanos (OEA) y otras organizaciones internacionales. Si mantenemos este desorden los años por venir terminaran imponiendo ese desgraciado destino.