Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

CUANDO SEA PRESIDENTE

POR: José Díaz

asesaijd@gmail.com

 

Jordi y los demás II

 

Es difícil librarse del peso de una buena formación familiar. Es más, se ha escrito y comentado hasta la saciedad que independientemente de la personalidad de cada quien lo que prima es el medio donde se desarrolla, crece, se forma como individuo. Los que veíamos como obligatorio, desde la izquierda política, leer a Marta Harnecker en el clásico: «Los conceptos elementales del materialismo histórico” nos aprendíamos de memoria la cita, por ella analizada, de Carlos Marx: “Es el ser social el que determina la conciencia social, no la conciencia la que determina el ser social”.

Creo en la validez de este criterio, a pesar de los muros derrumbados y que el Imperialismo Norteamericano se pasee sin oposición imponiendo sus intereses por el mundo, y es por ello que a Jordi no podía ocurrírsele ser otra cosa que una persona de bien, sobre todo por la impronta social de la historia que ya es su padre, pero por encima de todo ello, la formación de persona de bien que le inculcaron tanto éste como su madre, doña Carmen.

Jordi, por las influencias malsanas de esta sociedad corrompida, por la inversión de valores existente o por simplemente haber caído en un vicio de esos que inhabilitan y dañan la voluntad de las personas; podía haberse salido de la formación de sus padres y del medio que siempre ha acompañado sobre todo a don Negro, pero no lo hizo y lo sigue incluso en la profesión de abogado, y en esas treces es que le toca asumir la defensa de Miguelina Llaverías, la esposa de Adriano Román y que muchos abogados rechazaron asumir por miedo al acusado.

Miedo real, porque terminado el juicio y tras la condena de 20 años a su esposo esta dijo, mostrando la blusa con manchas de sangre seca, que llevaba la tarde en que fue baleada frente a su casa del reparto Oquet. También enseñó una fotografía donde se vieron los moretones y rasgaduras de la tortura 1978, y señaló como culpable «al padre de mis cuatro hijos»… “Y aseguró que teme por su vida, la de sus hijos, esposo y nietos”. Igual ha pasado con esta otra sentencia, pero terminamos en la próxima.

El Nacional

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