Cualesquiera sean las circunstancias las sospechas rodean las muertes de detenidos en destacamentos policiales.
El caso de Deivi Flores, de 17 años, quien murió mientras estaba bajo custodia en un destacamento de La Romana aumenta las conjeturas, sobre todo después de las defunciones de un preso en el cuartel de San José de Ocoa y otro en Santiago.
La Procuraduría General de la República ha decidido tomar carta por lo menos en el caso del muchacho que murió en el destacamento de Villa Verde, La Romana.
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Las versiones recogidas por Diario Libre indican que el joven, menor de edad, había sido atendido en el hospital Arístides Fiallo Cabral de dos disparos en ambas piernas en una supuesta fiesta clandestina.
Tras ser llevado al destacamento el muchacho, según la versión de la Policía, se quejó de un fuerte dolor en el pecho antes de su deceso. En torno al suceso hay muchas aristas que plantean conjeturas.
Lo primero es establecer quién le provocó las heridas y lo trasladó al hospital, aunque se suponga que tuvo que ser la Policía. Y en segundo lugar si las atenciones médicas que le brindaron fueron las adecuadas. Es un caso para investigarse.