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“Derechistas de izquierda”

“Derechistas de izquierda”

Manuel Fermín

Andamos sin un código ideológico, y aunque las ideologías han estado aparcadas por un largo período después de la caída de la URRS, el mundo hoy luce poblado de líderes y gobernantes de la democracia de orientación derechista radical (xenófobos, fanáticos religiosos, enemigos de la ideología de género, racistas y autoritarios) admiradores de líderes de izquierda -¡vaya izquierda!- _que arrastran las mismas conductas. Sólo se diferencian en que los derechistas radicales deben ir a elecciones y sus pares se declaran insustituibles jalonados por episodios notables de corrupción y el crimen contra sus opositores.

Toda aquella rigidez dogmática de la vieja y nueva izquierda ha sido modificada por el comportamiento blanqueador de los oligarcas y capitalistas “comunistas” en connivencia delictiva de grandes negocios con el dictador de la Federación de Rusia, en total simetría de políticos oligarcas occidentales con los amiguetes del Kremlin, tenebrosos banqueros de negocios, racistas militantes, hijos, yernos y secretarios de Estado, todos contra la hegemonía de la democracia disimulando sus complicidades con Putin.

Un proceso verdaderamente degenerativo del poder. Y es en esa percepción cuando tiene sentido preguntarse cómo líderes occidentales de países avanzados y democráticos entran a ese entramado mafioso como vemos a un Silvio Berlusconi en Italia, un Donald Trump y una parte importante de la derecha racista del Partido Republicano de Estados Unidos, y otros líderes europeos brindándoles apoyo al genocida ruso y al partido comunista gobernante en China.

Gracias al capitalismo financiero de Wall Street y otros centros económicos europeos y asiáticos impulsados por la unipolaridad heredada por USA, convirtieron a los “comunistas” rusos y chinos en potencias agresivas económicas y militares contra Occidente, distanciados de la cacareada lucha contra la injusticia y la desigualdad.

Claro, atados a la conveniencia del dólar norteamericano que parece ya no ser el motor que los mueve. Talvez nadie podía imaginar que se aprovecharían de esa falta de previsibilidad.