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POR: Antonio Almonte
aalmonte@hotmail.com

 

El Estado y el cáncer

 

Los esfuerzos para la prevención y el tratamiento del cáncer en la Republica Dominicana se iniciaron con la fundación de la Liga Dominicana Contra el Cáncer, en el año 1942 y luego, en el 1943, con la creación del Instituto del Cáncer; posteriormente, en el 1947, el doctor Pieter donó sus ahorros, 40 mil pesos, para la construcción de un nuevo local bautizado, post morten, con su nombre: Instituto de Oncología «Dr. Heriberto Pieter» (IOHP).

En aquellos tiempos el cáncer no era un problema sanitario nacional, aunque iba en apreciable ascenso. Sin embargo, el Estado nunca asumió directamente mayores responsabilidades en materia de políticas de prevención y control del cáncer en la población dominicana. Desde la propia Era de Trujillo, los gobiernos mantuvieron siempre una relación de bajo perfil y de respeto con la Liga: Trujillo, por ejemplo, le facilito los terrenos para construir el nuevo local del Instituto del Cáncer en 1947.

Mientras tanto, con la ayuda de voluntarios, empresarios y el reconocimiento de la sociedad, el Instituto se fue transformando en un gran hospital capaz de atender la creciente demanda de la sociedad por servicios oncológicos.
Pese a su condición de entidad sin fines de lucro regida por el derecho privado, el actual Instituto «Dr. Heriberto Pieter» se ha desarrollado con el perfil de un hospital público en términos de su preferencia por los pobres y su apertura para todos los sectores sociales.

En los hechos, entre el Instituto y el Estado ha existido una especie de acuerdo tácito, en el que el primero se ha encargado, durante décadas, de atender a casi toda la población con cáncer, formar oncólogos, elaborar las únicas estadísticas de cáncer en el país, mantener sendos programas nacionales de prevención de cáncer de mama y de cervicouterino; conceder decenas de millones de pesos anuales en subsidios para tratamientos de pacientes pobres, mientras que, por su lado, el Estado se ha limitado a entregar una modestísima ayuda de un millón de pesos al mes. Entonces, según algunos, ¿qué hacemos?¿enterramos al viejo Oncológico y su valiosísima experiencia?

El Nacional

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