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Disparos

Disparos

Lo mejor que puede hacer un ser humano es aceptar con humildad cuando se equivoca. Por eso, después de un período de reflexión llegué a la conclusión de que he sido injusto con los funcionarios y dirigentes deportivos dominicanos.

Reconozco, que he criticado sin piedad  a honestos y valiosos ciudadanos que han entregado desinteresadamente toda una vida a defender las actividades deportivas.

Personas que han puesto, no sólo su tiempo, sino sus recursos, para que el deporte y la cultura salgan adelante. Incluso, algunos han quedado en la pobreza, casi en la indigencia por causa de su noble gesto.

Entonces, ¿qué más puedo hacer que no sea pedirles disculpa pública? Pero, además,  decirles que estoy a su disposición para colaborar con ellos en todo lo que consideren  les puedo ser útil.

Busco resarcir algo, siquiera uno de los exabruptos cometidos.

Pero, por ser algo especial, debo de hacer un aparte y referirme a ese preclaro ministro de Deportes, Felipe -Jay- Payano, quien a base de su talento y dedicación al trabajo ha logrado que en su gestión el deporte dominicano se haya encumbrado a una altura que nadie nunca se imaginó.

En su mandato de unos siete años ha cumplido, más que al pie de la letra, con todas sus obligaciones, ha mantenido una política deportiva definida, aunque los necios del Comité Olímpico Dominicano dicen todo lo contrario.

Demuestra lo correcto de su accionar,  que permitió sin hacer resistencia alguna, como debía de ser, que el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte fuera  podado y recortado al extremo para darle paso a la construcción de instalaciones en su seno, de un elevado y  de la segunda línea del Metro de Santo Domingo.

Otra medida excelente, fue la de permitir que los más de 100 famosos multiusos -de los que tanto se ha hablado por razones políticas-,  se fueran a pique, que se convirtieran en ruinas inservibles. ¿Multiusos para qué?

 Gran coherencia, como ningún otro ministro, ha demostrando Payano cuando deja que todas las instalaciones levantadas para Juegos Centroamericanos, Panam del 2003 y  Nacionales estén totalmente abandonadas.

¡Ya está bueno, terminó la chercha!!!

No voy a seguir enumerando supuestas cosas positivas del actual ministro de Deportes, porque cuando venga a ver hasta yo mismo me la creo y eso sí que sería una gran vergüenza, una tragedia para mí. Dios me libre de cosa igual.

El Nacional

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