Hace unos 10 años participé en un juego en línea donde miles de personas de diferentes países nos coordinamos para hacer múltiples tareas con un objetivo, haciendo alianzas estratégicas con otros grupos de miles de personas más para enfrentarnos a alianzas rivales. En su momento no consideré que estaba viendo el futuro del trabajo; hoy lo estoy viendo convertirse en su presente.

El distanciamiento social es la orden de todos los gobiernos y sistemas de salud impactados por el COVID-19, y aunque para muchos de nosotros ese distanciamiento representa un sacrificio significativo, para muchos millennials y más aún para la Generación Z es perfectamente normal.

Hoy el mundo laboral se está moldeando en imagen y semejanza de millennials y los Generación Z, que como con los que compartí en aquel juego hace 10 años, hacen su vida en línea y hacen su ocio coordinando con miles de personas alrededor del mundo su entretenimiento en juegos, o que hacen su vida social en un chatroom o una red social.

Cuando las economías empiecen a reabrir, la fuerza laboral va a encontrarse con la realidad de que sus organizaciones estarán abrazando la idea de mantener una parte significativa de sus operaciones trabajando de forma remota, y a transformar su modelo de negocios hacia una atención digital de sus clientes. El distanciamiento social se va a convertir en la norma, y no la excepción, por las enormes oportunidades que brinda.

Como en el juego, se formarán equipos internos para atender tareas específicas tendentes a alcanzar los objetivos de las organizaciones. La comunicación se hará en plataformas digitales, la coordinación se hará en chatrooms, el monitoreo de indicadores centrados en resultados se automatizará, la comunicación de la Alta Gerencia será más directa a todos los equipos, y las negociaciones con actores externos serán más dinámica y abierta. Todo con distanciamiento social.

No sé si el distanciamiento social permanente que traerá la era post COVID-19 sea bueno o malo, y no me atrevo a dar opinión al respecto, dejo a psicólogos y sociólogos determinar si en el futuro será necesario promover un momento de acercamiento social.

Lo que sí tengo seguro es que las cosas serán muy diferentes, y para aquellos que crecimos en parte en el mundo análogo tocará un interesante período de adaptación.