El día de ayer, 24 de septiembre, quedará escrito para siempre en la historia. En la mañana la Suprema Corte del Reino Unido declaró como ilegal la suspensión del Parlamento realizada por el Primer Ministro Boris Johnson, y en la tarde la Cámara de Representantes de los Estados Unidos anunció el inicio de las investigaciones para el juicio político (“impeachment”) del Presidente Donald Trump.

El año 2016 marcó el punto de partida en un cambio profundo en el orden geopolítico occidental existente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El resultado del referendo sobre Brexit y la elección de Donald Trump elevó un nuevo sentimiento nacionalista y aislacionista desde dentro de occidente que se pone de frente a las instituciones locales e internacionales forjadas a lo largo de la paz post-guerra.

Ayer, en un mismo día, el momentum nacionalista en ambas naciones vió formalmente abrirse el campo de batalla donde estará haciendo frente a su resistencia. Pero algo se debe tener claro, la situación en Estados Unidos y el Reino Unido aunque lucen encaminadas hacia un mismo fin, la forma en como esto ocurrirá en cada país será bastante distinto.

A partir de la decisión unánime de la Suprema Corte del Reino Unido el Parlamento podrá volver a reunirse, y aunque la decisión tiene consecuencias históricas para el Derecho Constitucional del Reino Unido, las consecuencias políticas será lo que llamará la atención del público.

El Primer Ministro Johnson no tiene una mayoría parlamentaria, por lo que probablemente el enfoque estará en la postergación de la fecha para el Brexit y la celebración de elecciones anticipadas en el Reino Unido, siendo esto último lo que podría ser decisivo en el resultado final en la historia sobre el Brexit.

Por su lado, el inicio de las investigaciones para el juicio político en Estados Unidos le dará mayor poder de investigación a la Cámara de Representantes y limitaría la capacidad del Poder Ejecutivo de restringir la información a la que esta podrá tener acceso.

Aunque ahora mismo es improbable que el juicio político vaya tener éxito en el Senado, quienes serían los que decidirán si remover o no al Presidente, es imposible saber que información podría salir a flote en el curso de la investigación y las consecuencias que esto podría tener, si no en el juicio político, al menos en las elecciones del 2020.

Lo que no cabe dudas es que ayer 24 de septiembre fuimos testigos del inicio del fin que lucía predeterminado para dos procesos que se iniciaron hace 3 años. Cómo terminará esto es imposible de predecir, el “shock” al viejo sistema de la post-guerra ya es más que evidente, y probablemente lo que resulte al final de estos procesos marcarán la pauta para salvar lo que aún pueda ser salvado de este o si finalmente ponerle fin y dar paso a algo totalmente nuevo e incierto.