Opinión

El muro fronterizo

El muro fronterizo

POR: Orlando Gómez Torres

orlando.gomez@gmail.com

Al principio parecía como un chiste de mal gusto, pero la insistencia con el tema por personas de la calidad del Jefe de las Fuerzas Armadas necesariamente obliga a tomar el ridículo tema del muro fronterizo con un poco más de seriedad. Ni bien pasa una semana de que el FMI haga su alerta sobre los niveles de nuestra deuda, y estamos hablando de lanzar millones de pesos en una idea que no solo está probado es un total fracaso para la contención de flujos migratorios, sino que podría ser fuente de aún mayores problemas de derechos humanos que realmente no necesitamos. La descabellada idea debe quedar como olvidada como el chiste malo que siempre ha sido.

Para tomar una referencia, los 1,072 kilómetros de muros que han construido los Estados Unidos desde el 2006 a la fecha en su frontera del sur con México, le han costado $2.2 millones de dólares o aproximadamente unos $100 millones de pesos. No obstante el redoblado esfuerzo del vecino del norte de reforzar su seguridad fronteriza luego de los ataques del 11 de septiembre del 2001 y a pesar de miles de kilómetros de muros nuevos, la frontera México-Estados Unidos sigue siendo muy porosa y miles de inmigrantes ilegales siguen entrando a ese país.

En la República Dominicana, donde la corrupción es endémica, los costos de construcción podrían elevarse de forma significativa más allá de su presupuesto y adicionalmente resultar aún más inútil dado al prevaleciente negocio en la frontera con la entrada de inmigrantes que ahora, con un muro, empezaría a ser aún más lucrativo.

Por su lado, si vemos otro ejemplo económicamente más modesto como es el de la verja fronteriza que ha estado construyendo el Gobierno de la India en su frontera con Bangladesh, no solo ha sido totalmente inútil para hacer frente el declarado objetivo de su construcción (evitar el contrabando y el tráfico de estupefacientes) sino que le ha ganado ya severas condenas internacionales a la India por las muertes ocurridas en la frontera y por el percibido racismo que se tema hay detrás de su construcción.

Con el expediente que nosotros mismos nos hemos armando en la República Dominicana por el trato con los vecinos del oeste a lo largo de muchos años pasando por la Masacre del Perejil, las deportaciones masivas de haitianos, los cierres fronterizos, las perpetuas tensiones raciales, el despojo arbitrario de documentos a nacionales haitianos y la relativamente reciente Sentencia del Tribunal Constitucional, la construcción de un muro fronterizo solo serviría para echar aún más estiércol a la ya muy deteriorada imagen de nuestro país en el exterior.

La República Dominicana tiene muchos problemas, algunos de los cuales son caros de resolver. Uno de esos problemas ciertamente no es la inmigración ilegal cuyo efecto económico neto en el peor de los casos es cero y en el mejor de los casos es muy positivo, pero cuyo alcance humano sí debe ser atendido. No hay necesidad de crearnos una solución cara que no va a resolver nada a un problema que evidentemente ni nuestros propios legisladores han entendido. Por favor, no hagamos nuevamente el ridículo.

El Nacional

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